Este físico, nacido en Suiza en 1933, recibió el Premio Nobel de Física en 1986, por la invención del microscopio de Efecto Túnel, que equivale para la nanotecnología a lo que el telescopio para a astronomía. Este aparato permite "ver" átomos individualmente, ofreciendo a posibilidad de manipularlos uno a uno, por lo que es considerado el instrumento más preciso para manipular la materia, permitiendo la evolución de la nanotecnología.
Además, Rohrer colaboró, en 1984, en el proyecto del Microscopio de Fuerza Atómica, que condujo a la creación de una gran variedad de instrumentos para extender las imágenes de resolución casi atómica a muchas otras fuerzas como la fricción y el magnetismo.
A partir de 1986, Heinrich Rohrer fue nombrado director del Departamento de Física de los laboratorios que la compañía IBM tiene en Zúrich, donde continuó con sus investigaciones sobre los materiales antiferromagnéticos.