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Los análisis de drogas de abuso y de sus metabolitos pueden realizarse en cualquiera fluido o tejido biológico. Tradicionalmente, la muestra más utilizada fue la orina, aunque también se analizaban la sangre y otros fluidos y matrices biológicas sólidas. Hace ya unos años se comenzó a utilizar el pelo, el sudor y la saliva como matrices alternativas complementarias de las anteriores.

Análisis de sangre. Imágen de PublicDomainPictures en Pixabay

Los métodos analíticos utilizados son similares para todas las muestras, presentando diferencias en los procedimientos de extracción, segundo cuál sea a matriz biológica utilizada.

La determinación simultánea de drogas y/o sus metabolitos en diversos tipos de muestras ayuda a una mejor interpretación de los resultados analíticos, ya que cada una añade información complementaria al resultado. Por eso, la elección de la matriz a analizar dependerá fundamentalmente del objetivo del análisis y de la información solicitada.

Una diferencia para resaltar entre las distintas matrices son los períodos en los que se pueden detectar las drogas después de la absorción. En el caso de la sangre, el tiempo es muy corto, ya que las drogas desaparecen entre 8 y 24 horas después de la absorción. Los análisis de orina proporcionan un mayor tiempo de diagnóstico, que puede oscilar entre 12 horas hasta 30 días, pero en general, pueden detectarse trazas de la mayoría de drogas durante dos o tres días después del consumo. En el caso del pelo, las sustancias incorporadas permanecen indefinidamente en él, por lo que solo se ve limitado por la longitud del mechón estudiado. En resumen, aunque los análisis de orina, sangre y pelo proporcionan información sobre el consumo de drogas, se diferencian en numerosos aspectos. En general, el análisis de cabello se suele emplear para validar o confirmar un resultado positivo en orina, así como para dar información de un consumo crónico de sustancias.

 

 

La sangre y la orina fueron a lo largo del tiempo las muestras biológicas más utilizadas para el análisis toxicológico. La incorporación de las drogas en estos fluidos es bien conocida y el análisis y la interpretación de resultados se convirtió ya en rutinario en los laboratorios de toxicología. La orina es una muestra en la que los niveles de algunas sustancias son muy elevados, ya que el riñón es la principal vía de eliminación y en ella tienden a acumularse los tóxicos.

Esto, unido a su propia composición, más sencilla que la sangre, hace que sea una muestra biológica idónea para un análisis cualitativo, que da resultados sobre un posible consumo de drogas, ya que la mayoría puede ser detectada en orina hasta 48-72 horas. Con todo, un resultado negativo no siempre es excluyente, ya que en consumos muy recientes puede dar un falso negativo y, por el contrario, el resultado positivo solo indica que hubo un consumo previo de la misma, pero no la relación con el estado clínico del sujeto en el momento de la toma de muestra.

 

Desde hace ya unos años, se incorporaron otras muestras complementarias a los análisis toxicológicos de rutina, que proporcionan una información muy valiosa sobre el consumo de sustancias. Entre ellas destacan por su importancia y utilización el pelo, la saliva y el sudor, así como, en casos concretos, el meconio.

Cada una de estas matrices posee unas características especiales, que nos proporcionan una información diferente, y tienen, por tanto, ventajas e inconvenientes.

Los análisis de pelo no permiten establecer una correlación directa entre la concentración de droga detectada en la muestra y la dosis consumida, pero, en cambio, se pueden utilizar cómo medio de diagnóstico para establecer la severidad de la drogadicción, es decir, distinguir entre un consumo bajo, moderado o elevado de drogas. Esto hace del pelo a muestra idónea para controles de tratamiento de pacientes en deshabituación, así como para controles de consumo de sustancias ilegales en lugares de trabajo.

El pelo es la muestra no convencional cuya utilización se implantó más en los laboratorios de toxicología, ya que representa una alternativa a la orina para el análisis de drogas de abuso, principalmente cuando esta no es válida por transcurrir demasiado tiempo tras el último consumo. De hecho, la presencia de droga en fluidos corporales solo puede ser detectada cuando esta fue administrada uno o dos días antes de la toma de muestra.

Dado que se estima que el cabello crece a una longitud media de 1 cm/mes, la información proporcionada puede ser de meses o años de consumo, pudiendo así obtener un perfil cronológico de drogadicción, estableciendo, al mismo tiempo, un patrón de severidad del consumo de drogas.

Los análisis de sangre son los únicos que permiten relacionar las concentraciones existentes con el estado clínico del sujeto en el momento de la toma de muestra, dando una información de grande importancia a la hora de interpretar los resultados desde el punto de vista médico forense. Por eso, en situaciones concretas es necesario su análisis para la determinación de tóxicos o fármacos. Esto ocurre en los delitos contra la seguridad vial, o cualquier otro tipo de delito que la persona pueda cometer y, en los que sea necesario conocer si estaba bajo los efectos de las drogas.

El tiempo de detección de las drogas en sangre es limitado. Es, pues, una muestra biológica que ofrece información de gran valor y con ella se puede diagnosticar una intoxicación por cualquiera sustancia.

Además de la sangre, la orina y el cabello, otras muestras de posible utilización en un laboratorio de toxicología son la saliva, el sudor y en casos muy concretos el meconio.

Además de muestras biológicas, nuestro equipo de profesionales le puede asesorar si desea realizar un análisis de cualquier otro tipo de sustancias (polvos, pastillas, líquido...).

 

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Los contenidos de esta página se actualizaron el 24.04.2024.