Pasar al contenido principal

Alberto Prieto: «Por desgracia, aún tenemos bastantes frentes abiertos en el campo de la sanidad animal»

Además de docente e investigador en nuestro campus, Alberto Prieto es responsable técnico del servicio de diagnóstico del Grupo de Investigación INVESAGA
Además de docente e investigador en nuestro campus, Alberto Prieto es responsable técnico del servicio de diagnóstico del Grupo de Investigación INVESAGA
Alberto Prieto Lago, investigador y docente en el Campus Terra, centra su labor científica en el diagnóstico de enfermedades infecciosas en animales

La sanidad animal es, sin duda, un eslabón fundamental de una cadena alimentaria que se quiere eficaz, saludable y segura. Es una pieza indispensable de una comunidad global con la capacidad de responder a los desafíos más acuciantes de nuestro siglo, como lo son la sobrepoblación o el cambio climático.

Por eso, defender su gran importancia estratégica a nivel social, económica y medioambiental debería ser una tarea irrenunciable para el conjunto de la sociedad. Algo que se alcanza a través de la puesta en valor del preciado trabajo que realizan millares de personas en todo el mundo, entre las que se encuentra Alberto Prieto Lago.

Profesor e investigador del departamento de Patología Animal del Campus Terra, responsable técnico del servicio de diagnóstico del Grupo de Investigación INVESAGA... Alberto Prieto lleva más de una década construyendo una robusta trayectoria centrada en el diagnóstico de enfermedades infecciosas en animales, con especial atención al uso de técnicas de biología molecular y al desarrollo de novedosas metodologías de detección.

Hoy echamos mano de su experiencia y su valiosa perspectiva para que nos dilucide la situación actual de la sanidad animal a nivel mundial, los futuros retos a los que nos tocará enfrentarnos a este respeto y los avances científicos que se están realizando en esta materia tan relevante.

-Que lo llevó a especializarse en sanidad animal y a enfocarse en el estudio de enfermedades infecciosas y parasitarias?

-Creo que fue el entusiasmo de algunos de los profesores que tuve durante la carrera. Principalmente, el profesor Enrique González de microbiología, y posteriormente el profesor Gonzalo Fernández, actual decano de Veterinaria y que fue uno de mis directores de tesis y también mayores mentores en este campo. Concretamente, fue él quien me transmitió su pasión por el trabajo de laboratorio y más especialmente en el diagnóstico de enfermedades.

-En el grupo INVESAGA llevan años investigando sobre enfermedades en especies cinegéticas y de interés alimentario. ¿Cuáles son los principales retos actuales en la sanidad animal desde su perspectiva?

-Por desgracia, aún tenemos bastantes frentes abiertos. A pesar de que la Sanidad Animal mejoró enormemente en las últimas décadas, principalmente debido al trabajo de los veterinarios, siempre surgen nuevos retos y amenazas.

Una de las principales preocupaciones son las enfermedades emergentes transmitidas por vectores, especialmente artrópodos, como pueden ser los mosquitos y las garrapatas. Actualmente, el cambio climático está provocando que muchos de estos vectores amplíen sus hábitats y mismo que se mantengan activos en períodos en los que antes no lo estaban, lo que favorece una mayor dispersión de estas enfermedades.

Hablo de ejemplos que conocemos por la prensa, como la Lengua Azul o la Enfermedad Hemorrágica Epizoótica que, en los últimos años, traen de cabeza al sector del ganado vacuno y de los pequeños rumiantes.

Otras, sin embargo, parecen muy exóticas, como la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo o la Fiebre del Virus del Nilo, pero cada año se detectan en nuestro país más casos tanto en animales como en personas, ya que estas dos últimas son zoonosis potencialmente graves.

Luego, a nivel de enfermedades que conocemos desde hace muchos años, resulta preocupante la Influenza Aviar H5N1, que actualmente circula por todo el mundo y que ya presentó algún amago de salto interespecie a los mamíferos, lo que indica que puede presentar cierto potencial pandémico.

Por último, y ya más a nivel económico que sanitario, también hay que destacar la Peste Porcina Africana que tenemos recorriendo Europa, las nuevas variantes del virus del PRRS también en porcino o el riesgo de entrada de enfermedades como la Fiebre Aftosa, de la que recientemente se declaró un foco en Alemania. 

-En 2012 inició una línea de investigación sobre detección ambiental de patógenos víricos. ¿Qué impacto tuvo este enfoque en la vigilancia y control de enfermedades?

-Se trata de una línea novedosa que nacía en veterinaria más o menos en aquellos momentos, ya que en el ámbito de la medicina humana ya llevaba tiempo empleándose, por ejemplo, en centros sanitarios como hospitales.

La verdad es que vimos un gran potencial en este tipo de herramientas y comenzamos a desarrollar diferentes metodologías que nos permitieran detectar este tipo de patógenos en el ambiente de granjas de diferentes especies animales de producción.

Resumidamente, las técnicas de detección ambiental presentan una serie de ventajas sobre los muestreos convencionales: por ejemplo, evitamos tener que manipular a los animales, ya que, en vez de tomar una muestra de sangre, heces o la que corresponda, tomamos muestras o bien de superficies que pueden estar en contacto con el patógeno que estudiamos o mismo muestras de aire ambiental.

Esto facilita la recogida de muestras, puede abaratar costes (ya que procesas un menor número de muestras, porque la muestra ambiental ya es representativa de un conjunto de animales), y por otro lado evitamos el manejo innecesario del animal, su manipulación o la necesidad de someterlo a un procedimiento como una extracción de sangre, algo también muy valorado especialmente si prestamos atención al bienestar animal, un requisito cada vez más demandado por la sociedad.

Las técnicas de detección ambiental permiten un muestreo más sencillo, barato y sin la necesidad de manipular los animales
Las técnicas de detección ambiental permiten un muestreo más sencillo, barato y sin la necesidad de manipular los animales

-Recientemente recibieron financiación para estudiar la detección del virus del Síndrome Porcino Reproductivo y Respiratorio en granjas intensivas. ¿Qué objetivos persigue este proyecto y qué aplicaciones prácticas puede tener?

-El virus del PRRS es en la actualidad unos de los principales problemas tanto sanitarios cómo económicos para las granjas de porcino de nuestro país, más aún si cabe teniendo en cuenta que España es uno de los principales productores a nivel mundial, representando un gran porcentaje de nuestra producción final ganadera. Se trata de un virus con gran capacidad para mutar y generar variantes, lo que impide que las vacunas disponibles sean 100% eficaces para su control.

En esta propuesta nuestro equipo pretende evaluar diferentes métodos de recogida y análisis de muestras de aire para la detección precoz y vigilancia de la presencia de PRRSV, con el objetivo de distinguir aquellos que pueden ser más eficientes para su implementación en un futuro en las explotaciones.

La finalidad última de este proyecto es desarrollar una herramienta sencilla que sea práctica y económica para la vigilancia, monitorización y detección precoz respeto de otros protocolos utilizados convencionalmente como la detección de la viremia en lechones.

-Usted ha participado en numerosos proyectos de investigación con empresas. ¿Cómo valora la relación entre la universidad y el sector privado en el ámbito de la sanidad animal?

-En mi experiencia, muy buena. Normalmente, en nuestro caso son más las empresas las que contactan con nosotros para que les diseñemos algún tipo de trabajo específico, típicamente para valorar la situación de una enfermedad antes de lanzar un producto al mercado, o bien para controlar la eficacia de dicho producto con pruebas de campo.

Otras veces somos nosotros los que contactamos con ellos con alguna idea específica que les puede resultar atractiva según su actividad. La mayor parte de las colaboraciones surgen del primer caso, ya que nosotros normalmente estamos abiertos a cualquier tipo de trabajo siempre y cuando esté relacionado con nuestra experiencia.

-También ha publicado decenas de artículos de divulgación para profesionales y público en general. ¿Cree que la sociedad es cada vez más consciente de la importancia de la sanidad animal?

-Sí, cuido que sí. En estos momentos todos llevamos un ordenador en el bolsillo y la información está al alcance de cualquier persona. Con todo, lo que considero más difícil para el público general es saber filtrar los contenidos o informaciones de fuentes fiables de las no fiables.

Hoy es muy fácil lanzar un bulo sobre un producto cualquiera y que genere alarma a través de cualquier red social, y una vez se difunde el bulo, a veces es complicado frenarlo. Hay que ser conscientes de que ese tipo de situación pueden provocar graves pérdidas para un sector concreto, así que el manejo responsable de la información y como la comunicamos debe ser una prioridad tanto para los divulgadores cómo para los medios de difusión.

-La simbiosis investigador-publicación ha generado cierta polémica en los últimos años, sobre todo en algunos campos. Usted tiene experiencia como revisor en varias revistas internacionales. ¿Cuál es su visión sobre el tema?

-Es cierto que la publicación de resultados es necesaria para la mejora de las condiciones laborales/económicas de los investigadores, pero eso no debería implicar que se trate de una carrera donde lo único que importa es publicar. Los investigadores tenemos que ser conscientes y responsables sobre la calidad científica-técnica que debe tener un trabajo.

Relacionado con esto, en estos momentos tenemos también otro problema, que es encontrar revisores formados en un campo específico que estén dispuestos a invertir su tiempo gratuitamente en revisar una publicación. Como ejemplo, a mí me lleva de media dos o tres días revisar adecuadamente una publicación y enviar mis correcciones y sugerencias a los editores, y es un trabajo que hago de manera altruista y que apenas me repercute como mérito a nivel profesional (de hecho, lo hago muchas veces en mi tiempo libre los fines de semana).

A veces uno puede pensar si ese tiempo empleado en revisar publicaciones ajenas no estaría mejor consumido en publicar tus propios trabajos, pero claro, si los que deben revisar tu trabajo piensan igual, entonces nadie publica resultados... Al final es como la pescadilla que se muerde la cola, y posiblemente en un futuro esto nos obligue a exponer si esta es la forma más adecuada de hacer y comunicar ciencia.

-Por lo que respeta a su labor docente… ¿Qué habilidades considera fundamentales para la nueva generación de científicos en Veterinaria y en otros campos?

-Cuido que lo que son habilidades técnicas, es decir, las destrezas, las nuevas generaciones las traen mucho más trabajadas durante los Grados de lo que las trabajábamos nosotros, que posiblemente teníamos más carga teórica y mucha menos práctica.

Hoy en día pienso que necesitan otro tipo de habilidades más de tipo social/emocional, como la resiliencia, ese término que está tan de moda últimamente. La carrera investigadora es un trabajo de desgaste, donde, si quieres acabar dedicándote a él, hay que dedicar muchas horas y mucho sacrificio, amén de que, en términos generales, no es el sector más atractivo a nivel económico; se trata de un trabajo muy vocacional.

Luego, por otra parte, considero imprescindible saber trabajar en equipo y valorar las opiniones de los demás. Hay que ser conscientes de que nadie puede hacerlo todo o saber de todo.

Los contenidos de esta página se actualizaron el 06.03.2025.