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Laura Sánchez Piñon: «La edición genética es el gran avance de la biología molecular, la biotecnología y la genética»

Laura Sánchez Piñon es catedrática de Genética del Campus Terra de la USC
Laura Sánchez Piñon es catedrática de Genética del Campus Terra de la USC
La catedrática de Genética analiza en esta entrevista su carrera como docente e investigadora, así como varios temas de actualidad

Edición genética, pescado cebra, killifish, microplásticos, el papel de la mujer en el mundo de la investigación… Una charla con Laura Sánchez Piñon da para mucho. Por sus amplios conocimientos. También por su vocación de compartirlos.

Catedrática de Genética del Campus Terra de la Universidade de Santiago de Compostela, en su día fue la primera mujer en el departamento de Genética de la universidad. Además de su labor docente, actualmente dirige Zebrabiores, una línea de investigación dentro del grupo ACUIGEN que ha recibido importantes reconocimientos por la calidad y cantidad de sus investigaciones.

En esta entrevista conversamos con Laura Sánchez Piñon de todo eso y de muchas cosas más. Pasen y lean…

-Su carrera investigadora abarca desde la ultraestructura de los cromosomas humanos hasta la genética de pescados y el uso de modelos animales en biomedicina. ¿Cómo ha evolucionado su experiencia dentro de sus campos de conocimiento desde que empezó? 

-La verdad es que son muchos años. Mi andadura científica, por así decirlo, comenzó cuando estaba finalizando la carrera de Biología, en 1979. En aquel momento trabajaba en el Departamento de Genética y ahí estuve investigando genética de poblaciones con Drosophlia melanogaster.

Al finalizar, tuve la oportunidad de conseguir una plaza en el que era el Colegio Universitario de Lugo, en el año 81, para dar clases de genética y biología en las titulaciones de Biología y Química y, cuando decidí realizar mi tesis doctoral, me trasladé al Hospital Universitario de A Coruña (CHUAC) con la citigenética de cromosomas humanos. Allí trabajé mucho, por ejemplo, con técnicas de microscopía electrónica analizando la ultraestructura de los cromosomas y su variación en una población gallega. El trabajo de la tesis fue compatibilizado con la docencia y este hecho fue muy enriquecedor.

Durante la elaboración de mi tesis realicé dos estancias en universidades italianas, la de Roma y la de Cagliari. Al finalizar, gracias a una de las primeras ayudas concedidas por la Xunta de Galicia para realizar estancias posdoctorales, aterricé en la Universidad de Wurzburg, en Alemania. Allí trabajé  en el campo de la citogenética con nuevas técnicas, campo que finalizaría por ser central en mi primera etapa de la actividad investigadora.

Al volver, decidí estudiar algunas especies de pescados, tanto desde un punto de vista evolutivo como de conservación de los recursos, como por ejemplo era el caso de las truchas. Además, Galicia también tenía gran interés en supervisar los programas de repoblación.

Al hilo de esas investigaciones, conseguí la primera financiación, lo que dio lugar a una primera tesis. Más tarde me enfocaría en el campo de la acuicultura, lo cual también dio lugar a la elaboración y defensa de múltiples tesis y finalmente a la creación de un equipo de investigación fuerte con una actividad muy fructífera.

Todos estos campos en los que estuve sumergida, como es lógico, fueron mejorando a nivel de financiación, de equipación tecnológica y de infraestructura. No era una época fácil y no contábamos con los medios que podemos tener ahora.

-Usted ha trabajado en prestigiosas instituciones como la Universidad de Wurzburg y el Rosalind Franklin MRC de Cambridge. ¿Cómo han influido estas experiencias en su enfoque de investigación?

-Las estancias que realicé durante mi tesis fueron de mucha ayuda. Antes, disponer de bibliografía era mucho más complicado que hoy en día. Al no disponer de las posibilidades de Internet, había que recurrir a las bibliotecas de revistas de las diferentes universidades, y no siempre había revistas del campo que a ti te interesaba.

Entonces, por ejemplo, en el Departamento de Genética de la Universidad de Roma, a mayores de aprender nuevas técnicas y discutir los resultados que estaba obteniendo, tener una biblioteca tan completa me permitió tener acceso a muchas publicaciones que contribuyeron finalmente a la discusión de mi tesis.

Por otra parte, cuando estuve en Alemania, en la Universidad de Wurzburg, tras finalizar mi tesis doctoral, obtuve otra visión, otra perspectiva. Allí pude comenzar una nueva línea de investigación por mí misma, algo que tengo que agradecer a todas las personas de mi entorno, como el director de departamento de esa universidad, el profesor Michael Smith. Recuerdo que él era una persona con la que se podía entablar una conversación muy prolífica y discutir una amplia variedad de temas. Pensaba mucho en el futuro de la juventud que se acercaba a su laboratorio y fue clave para comenzar una nueva línea de investigación a mi vuelta.

Después, en una etapa posterior, ya como investigadora sénior con una línea propia de investigación, voy a Cambridge, al Genome Campus con una bolsa muy prestigiosa de la EMBO (European Molecular Biology Organization). Por aquel entonces, el Genome Campus tenía tres centros, el Rosalin Franklin donde yo trabajaba, el centro europeo de bioinformática y el Sanger Institute, en el que estaban secuenciando el genoma humano en aquel momento y logrando, finalmente, que nuestro genoma fuese público. Históricamente fue un período espectacular y tuve la suerte de poder experimentarlo de primera mano. Había seminarios terriblemente interesantes todos los días, teníamos visitas de premios Nobel día sí y día también...

De esta estancia también saqué algunas ideas para trabajar a mi vuelta. Estar allí me permitía pensar en nuevas estrategias y formas de atacar los problemas. También pude hacer muchos contactos y conocer a mucha gente muy diversa. Fue una experiencia muy enriquecedora, por supuesto.

-Actualmente trabaja con el pescado cebra para estudiar enfermedades humanas. ¿Por qué es esta la especie elegida y dónde diría que están los avances más sustanciales que podremos encontrar en los próximos años?

-El pescado cebra es lo que se considera como organismo modelo, como pueden ser el ratón o el Caenorhabditis elegans. Esta especie brinda la posibilidad de trabajar con ella en el laboratorio de manera controlada. Además, se conoce muy bien su genética, su genoma ya está secuenciado y muchos laboratorios trabajan con ella, lo cual facilita enormemente su investigación y la colaboración. 

Lo que sí que es cierto es que su introducción fue bastante tardía en los laboratorios si lo comparamos con otros organismos modelo como el ratón o la drosophila. Yo, por ejemplo, comencé a leer acerca del pescado cebra y no fue hasta el año 2012 cuando decidí incorporarla a nuestro laboratorio. Comenzamos una colaboración muy fructífera con el servicio de oncología de Santiago para la realización de xenograft de células cancerosas.

En relación con esto último, comenzamos una línea que es lo que se conoce como xenotransplante, que consiste en la introducción de células cancerosas en el embrión del pescado. Al ir marcadas con fluorescencia, podemos seguirlas a través del microscopio y observar cómo crecen, se hacen metástasis, cómo responden a la quimioterapia... En definitiva, podemos ver cómo afectan a esas células y, en consecuencia, probar fármacos. Es una línea que tiene mucho interés y mucho recorrido con la cual seguimos colaborando con muchos grupos en Galicia y en España y Europa.

Otra de las líneas más prometedoras es la del estudio de las enfermedades raras. El pescado cebra nos permite generar líneas mutantes para ciertas enfermedades o síndromes, como el síndrome de Charge, dando pie a recapitular muy bien el fenotipo de los pacientes de esta enfermedad. De esta línea se han presentado varias tesis y los doctores están ahora en centros de investigación muy prestigiosos.

-Su labor investigadora también se centra en la evaluación de la toxicidad de sustancias químicas y nanoestructuras. ¿Qué impacto pueden tener estos estudios en la regulación de compuestos químicos y en la salud pública?

-Esta línea de investigación, en concreto, surgió a raíz de contactos con empresas, sobre todo de empresas del sector textil que tienen interés en lo que se llama relevo de compuestos, con el fin de cambiar uno con un alto nivel de toxicidad por otro con menor impacto.

Nosotros lo que hacemos es estudiar una toxicidad básica empleando una metodología que está aprobada por la OECD y aplicando los test de toxicidad de embriones. Es, por así decirlo, una línea de servicio: trabajamos por contratos con las empresas del sector.

Paralelamente, también tenemos otras líneas que pivotan alrededor de los microplásticos, en las que estudiamos su ecotoxicidad. ¿Cómo podemos saber que hacen los microplásticos en los organismos? Nosotros podemos observarlo en los pescados, viendo en qué partes se acumulan más y obteniendo así información que después intentamos trasladar a los humanos. 

De una manera similar también trabajamos con nanoestruturas, un campo muy amplio en el que ofrecemos nuestros servicios para realizar pruebas y tests de delivery, por ejemplo.

O killifish es útil para los estudios de envejecimiento
O killifish es útil para los estudios de envejecimiento

-Recientemente han incorporado el killifish como modelo de estudio del envejecimiento. ¿Qué hace de esta especie tan interesante para investigar la senescencia y qué avances han logrado hasta ahora en este campo?

-El killifish es una especie de reciente incorporación en los laboratorios. Aun no es un organismo modelo en el sentido estricto de la palabra, porque aún no ha alcanzado todas las condiciones necesarias para serlo. Además, tanto su manejo como su alimentación son bastante complicadas. Por eso muy pocos laboratorios trabajan con este pescado: de hecho, somos el segundo laboratorio en España que trabaja con esta especie, junto con el laboratorio del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo

El verdadero interés de esta especie reside en su ciclo vital, que es muy corto. Es el vertebrado conocido que menos tiempo vive, entre los cuatro y los siete meses. Por eso es terriblemente útil para estudios del envejecimiento, permitiendo probar fármacos contra este fenómeno o para tratar enfermedades neurológicas muy relacionadas con el envejecimiento, como el Alzhéimer o el Párkinson.

Otro factor a tener en cuenta es que es una especie que desarrolla muy pocos cánceres, básicamente porque no le de la tiempo a desarrollarlos.

-Desde su perspectiva como genetista, como cree que la genómica puede influir en el desarrollo de tratamientos personalizados para enfermedades humanas?

-Estamos viendo cada vez más que los estudios de genómica ayudan indudablemente a crear tratamientos personalizados en campos tan importantes como el del cáncer. En la genómica, en el descubrimiento de nuevos marcadores, con el fin de poder clasificar mejor, por ejemplo, el tipo de tumor que tiene un paciente y poder brindarle el mejor tratamiento posible.

Por otra parte, también está siendo muy utilizada una técnica muy interesante, que es la de la biopsia líquida. A través de una muestra de sangre del paciente, podemos descubrir si hay células cancerígenas, y gracias a la genómica y a los nuevos marcadores, pueden definirse cánceres específicos que se detectan a través de esta técnica.

La genómica, a su vez, contribuye a clasificar mejor las enfermedades raras, ampliando la identificación de más genes que pueden mutar e influir en la propia enfermedad. Del mismo modo, también permite descifrar el ‘ADN basura’, que es aquel ADN repetido del cual no se conoce su función concreta y que gracias a su secuenciación se puede relacionar con el desarrollo de ciertas enfermedades.

Por lo tanto, los avances de la genómica, gracias en parte al enorme abaratamiento de los procesos y de las técnicas, nos permiten generar, por ejemplo, un exoma (la parte que se expresa del genoma) de un ser humano en cuestión de horas y con un bajo coste, lo que da pie a obtener información genética de una gran cantidad de pacientes en poco tiempo y de una manera sencilla.

-En el estudio de modelos animales y edición genética surgen debates éticos. ¿Cómo se equilibra la necesidad de avanzar en la ciencia con la responsabilidad ética en sus investigaciones?

-Es un tema, sobre todo con la edición, que ahora mismo se está intentando legislar en Europa, Estados Unidos y China, pero no hay una legislación uniforme. De hecho, es más flexible en Estados Unidos y en China.

El debate ético es muy importante. Por ahora no se considera como el de los transgénicos, lo cual es bueno porque realmente es muy diferente. Pero indudablemente las capacidades que tiene la edición genética son impresionantes y hay que pensar hasta dónde se puede llegar en el caso de humanos.

Es cierto que cuando hablamos de utilizarla para, por ejemplo, corregir una enfermedad ahí no tenemos rechazo De hecho, ya está aprobado el tratamiento para una anemia falciforme y están otros en camino para enfermedades oculares.

Con todo, cuando se exponen cosas que están fuera de las capacidades del conocimiento genético, como mejorar la especie humana en el campo de la inteligencia, difícilmente vamos a poder actuar sobre eso. Hay otro tipo de cosas, como las resistencias a enfermedades, en las que quizás sí se pueda actuar, pero la línea en estos casos puede ser muy fina.

El debate va a ser largo, es necesario hacerlo. Si echamos la vista atrás, por ejemplo, con la fertilización in vitro, que no tiene nada que ver pero sí tuvo un rechazo muy grande y ahora tenemos millones de personas que vinieron al mundo a través de este sistema, a veces tienen un difícil encaje cuando no se explican bien.

La edición genética es el gran avance de la biología molecular, la biotecnología y la genética. Y va a seguir creciendo. Cada vez la tecnología es mejor, controla más los efectos off target, por tanto, es algo con lo que vamos a convivir.

Debemos aprender, entender y explicar al público que no tenga la formación las ventajas y desventajas que pueda tener. Para muchos tratamientos asumimos las desventajas. 

-Por último, como catedrática y líder en su campo, ¿Cómo fue su experiencia como mujer en el ámbito científico y qué consejos daría a las jóvenes investigadoras que desean seguir una carrera en genética y biomedicina?

-Mi experiencia siempre fue positiva en este ámbito. Al inicio de mi carrera sí pude constatar cierta soledad porque fui la primera mujer en el Departamento de Genética de la USC. Esto puede tener ventajas o desventajas, pero he de decir que siempre tuve compañeros y compañeras fantásticas; trabajé en un ambiente muy positivo y en el desarrollo de mi carrera no sufrí ninguna incomodidad por el hecho de ser mujer.

En el caso de los hijos, es muy importante la persona que tienes al lado. Yo tengo tres hijas, mi marido es científico y esa es la parte más importante.

En relación con el consejo, creo que el más importante es el ejemplo, que la ciencia te apasione. Esto es un modo de vida, en muchos casos mucho más que un trabajo. A veces se convierte casi en un hobby.

Estar en contacto con investigadores jóvenes es importantísimo. Te da una perspectiva diferente y enriquecedora. Y en este punto he de decir que no veo diferencias entre el hecho de que seas hombre o mujer, lo que veo son diferencias entre personas que tienen más ilusión por este tipo de trabajo.

Es verdad que en el ámbito de la mujer se habla mucho de la maternidad, pero creo que el hecho de estar alejada unos meses del laboratorio no supone ningún déficit en una carrera que es muy larga, sobre todo si se forma parte de un buen equipo. Esta es mi opinión.

Aquí en nuestro laboratorio tenemos varios ejemplos de madres que fueron alumnas primero, después profesoras ayudantes y titulares y ahora van a ser catedráticas. Obviamente hay todo tipo de casos, no me gusta generalizar en este tema.

Lo que sí me parece importante es el hecho de que cada vez haya más mujeres sobre todo en puestos de relevancia, de liderazgo. Esta parte sí es definitiva, que veamos a mujeres al frente de grupos, dirigiendo proyectos... Quizás esto va más lento de lo que esperábamos.

Los contenidos de esta página se actualizaron el 20.03.2025.