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Roberto Bande: «La colaboración entre diferentes áreas de conocimiento es fundamental para poder dar respuesta a los retos de la sociedad»

Roberto Bande Ramudo es investigador y docente en el departamento de Fundamentos del Análisis Económico del Campus Terra
Roberto Bande Ramudo es investigador y docente en el departamento de Fundamentos del Análisis Económico del Campus Terra
Roberto Bande: «La colaboración entre diferentes áreas de conocimiento es fundamental para poder dar respuesta a los retos de la sociedad»

Hoy en día, el progreso científico no se podría entender sin la interdisciplinariedad: un abordaje innovador que promueve la colaboración entre distintas disciplinas académicas y que permite atravesar el umbral de los límites establecidos.

Este concepto, sobre el que se construye el ADN del Campus Terra, se basa en la cooperación, en la comunicación y en la creación de nuevas perspectivas para poder hallar la solución a los problemas que enfrenta nuestra sociedad, que distan de ser sencillos. 

Y, precisamente en su epicentro se encuentra la economía, un área de conocimiento con una naturaleza simbiótica que lleva muchos años demostrando su capacidad innata para integrarse en la estructura de conocimiento de los diferentes universos académicos.

Con el fin de acercarnos a este mundo tan fascinante y comprender las mecánicas que lo rigen, conversamos con Roberto Bande Ramudo, investigador y docente en el departamento de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de Santiago de Compostela, decano de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas del Campus Terra y presidente de la Asociación Gallega de Ciencia Regional.

-Usted acumula más de 25 años de trayectoria docente e investigadora. ¿Cómo evolucionó su enfoque sobre la enseñanza de la economía en la universidad?

-La enseñanza universitaria ha cambiado de manera sustancial desde que comencé a impartir docencia allá por el año 1998.

Por entonces las aulas aún estaban masificadas, y era sencillo encontrarte con grupos de más de 150 personas. La docencia en ese contexto impedía el uso de metodologías en las que los estudiantes habían podido participar de una manera más dinámica e interactiva en las clases. Afortunadamente fuimos evolucionando hacia un modelo menos masificado, en el que el contacto con el estudiantado es más directo.

Con todo, hace ya muchos años que fui incorporando pequeños elementos que hoy en día son habituales en las clases, pero que por entonces eran muy novedosos, como el uso de juegos de rol para explicar el funcionamiento del comprado interbancario y el papel del banco central en la determinación de la oferta monetaria; la grabación en vídeo de las clases para su uso posterior en el campus virtual por parte del estudiantado o el uso de simuladores macroeconómicos para la resolución de complejos problemas de política económica.

Este año comencé a introducir la gamificación, aunque queda mucho por aprender en ese sentido. El caso es no quedarse estancado e ir probando cosas nuevas.

-Desde su experiencia como decano de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas del Campus Terra, ¿qué retos principales identifica en la formación de los futuros economistas?

-Más que en la formación, que yo creo que es acomodada y comparable a la formación que se le dé a una persona estudiante de economía o administración de empresas en cualquier universidad de prestigio del mundo, el reto fundamental es que sean capaces de aplicar todo el instrumental teórico y práctico a contextos reales, de gestión de políticas públicas o de gestión empresarial.

Desde el punto de vista de los docentes, muchos debemos ahondar en el uso de análisis de caso, de simulaciones, de usar el trabajo en grupo tutorizado por los docentes, etc. Es decir, toda una serie de metodologías que le permitirá al estudiantado ser capaz de entender cómo puede aterrizar todo el acervo de conocimiento que se les imparte para la resolución de problemas concretos.

-A lo largo de su carrera trabajó en la consolidación del Grupo de Análisis y Modelización Económico (GAME), un referente europeo. ¿Cuáles considera que fueron las principales aportaciones del grupo en los últimos años?

-Hemos avanzado mucho y en muchas áreas y ámbitos. Con el paso del tiempo nos fuimos especializando en la aplicación de técnicas de evaluación de impacto, bien sea de políticas públicas o de determinadas actuaciones. Muy posiblemente esta sea nuestra mayor fortaleza como grupo.

Entre las aportaciones más importantes yo destacaría el análisis de impacto local del Camino de Santiago, que nos encargó Turismo de Galicia, y que permitió abrir muchas sub líneas de trabajo, y el análisis de impacto económico en la provincia de Lugo del Campus Terra, que nos encargó la propia USC y que evidenció la importancia de nuestra universidad para el entorno.

También hemos hecho la memoria de impacto económico y social de la Zona de Bajas Emisiones de Ciudad Real, siendo, por cierto, una de las pocas ZBE que no fue tumbada por la justicia, precisamente por la calidad de la memoria técnica que hicimos desde el grupo.

Hemos desarrollado proyectos sobre políticas sociales, turismo rural, políticas de empleo... En definitiva, somos un referente a nivel europeo en la aplicación de todas estas técnicas en tan diferentes contextos.

Roberto Bande es decano de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas desde 2020
Roberto Bande es decano de la Facultad de Administración y Dirección de Empresas desde 2020

-También ha participado en proyectos de investigación que abordan cuestiones de gran impacto, como el cambio climático en la acuicultura. ¿Qué desafíos presenta integrar el análisis económico en áreas tan interdisciplinarias como esta?

-Los trabajos que realicé con el Profesor Gonzalo Rodríguez y su grupo de investigación evidencian que la colaboración entre diferentes áreas de conocimiento es fundamental para poder dar respuesta a los retos de la sociedad.

En los trabajos a los que hace referencia trabajamos codo con codo con investigadores del Instituto de Investigaciones Marinas del CSIC, con los que desarrollamos un proyecto que analizaba el impacto del cambio climático sobre la incidencia de las mareas rojas y el efecto sobre la producción del mejillón.

A partir de los datos de productividad por batea que estimaron los biólogos como consecuencias de la mayor incidencia de mareas rojas, los economistas analizamos el impacto sobre los precios en los comprados, y por lo tanto sobre la rentabilidad de las explotaciones.

En otros trabajos analizábamos la integración de mercados acuícolas y de pescado salvaje a través del comportamiento de los precios.

Todo esto pone de manifiesto que estas colaboraciones son muy importantes para poder ofrecer respuestas más completas desde la ciencia a los diferentes problemas a los que se enfrenta la sociedad, como es el cambio climático y el calentamiento global.

-En el proyecto europeo ReFist, sobre el diseño de sistemas financieros en Europa, contribuyó al desarrollo de modelos SVAR. ¿Qué aprendizajes clave extrajo de este trabajo en el contexto postcrisis de 2008?

-El aprendizaje más importante es que el diseño del entramado financiero e institucional es fundamental para que la respuesta a una crisis tan importante como la de 2008 tenga éxito, y creo que los gobiernos aprendieron de la experiencia: la respuesta a la COVID-19 o a la crisis energética derivada de la guerra de Ucrania demostró que lo que nosotros formulábamos en su momento en ese proyecto tenía una lógica, y quiero pensar que parte del éxito en la respuesta a estas crisis se debe a nuestras aportaciones.

En un aspecto más concreto, este proyecto permitió abrir una línea de investigación muy interesante en la que trabajamos en la relación a nivel macro entre el desempleo, el consumo y el crecimiento económico, que fue la base para desarrollar proyectos posteriores.

-En sus investigaciones profundizó en temas como el ahorro por motivo precaución. ¿Qué importancia tiene este comportamiento en la economía actual, especialmente en contextos de incertidumbre?

-La incertidumbre es la mayor enemiga de los agentes, ya que impide una toma de decisiones adecuada, como pueden ser las decisiones de consumo o la inversión. En un contexto en el que la guerra comercial desencadenada por los EEUU, agravada por el ataque estadounidense a Irán, y que no hace sino introducir incertidumbre en todos los ámbitos de la vida, me preocupa el impacto que puede tener sobre las decisiones de consumo/ahorro y por lo tanto sobre la capacidad de la economía para financiar las inversiones, máxime en un contexto de deuda pública en máximos.

La incertidumbre puede provocar un aumento en el ahorro de las familias, por lo que habrá menos consumo (y menor demanda agregada).

Sin embargo, la mayor disponibilidad de fondos financieros no tiene por qué canalizarse hacia la inversión privada dados las elevadas ratios de endeudamiento público, que pueden acabar absorbiendo todo ese ahorro, especialmente si el gasto militar aumenta. Espero que no, pero puede producirse una ralentización en el crecimiento económico mundial.

-Uno de sus proyectos recientes analizó el impacto económico del Campus Terra en la provincia de Lugo. ¿Cuáles fueron los principales resultados y qué papel cree que debe jugar la universidad en el desarrollo territorial?

-Como comentaba antes, en este proyecto analizamos el impacto económico del campus en la provincia de Lugo. Demostramos, a través de técnicas extendidas y consolidadas, que un pequeño campus universitario, con 6 facultades, es capaz de generar un retorno muy fuerte en términos económicos, de producción y de empleo.

Lo que evidencia el estudio es que la sociedad debe cuidar el campus, debe preocuparse porque el campus funcione y disponga de recursos para su desarrollo. La presencia del estudiantado en la ciudad tiene un enorme retorno, que se extiende por toda la provincia a través de los efectos indirectos e inducidos.

La actividad común de la USC también tiene un impacto muy relevante. La USC juega un papel esencial en el desarrollo territorial. Ojo, no es solo el retorno económico. Hay cosas que por falta de datos no pudimos calcular. Por ejemplo, cuál es el impacto de los titulados en el campus sobre la economía a través de su actividad profesional. En el campus formamos profesionales capacitados para desarrollar tareas complejas en sectores punteros, y eso es algo que nos debe hacer reflexionar sobre la dimensión real del campus para la provincia.

Roberto Bande fue el responsable del informe ‘El Impacto económico del Campus Terra en la provincia de Lugo’
Roberto Bande fue el responsable del informe ‘El Impacto económico del Campus Terra en la provincia de Lugo’

-En su día lideró estudios sobre los efectos regionales de la política monetaria en España. Desde su perspectiva, ¿las regiones responden de forma homogénea a las decisiones del Banco Central Europeo?

-Esta es una cuestión que aún está a debate en la literatura, y mi intención es retomarla en los próximos meses. De sobra es sabido que una política monetaria única no sirve para todos los países que formamos parte de la Unión Monetaria Europea (el conocido “one size does not fit all”), y que, por lo tanto, existen asimetrías en la respuesta de las economías a los cambios en la política monetaria, lógico cuando la UME no es un área monetaria óptima según los estándares académicos fijados hace ya mucho tiempo.

Nuestra aportación va un poco más allá. La respuesta dentro de un país a un shock monetario puede ser muy asimétrica en diferentes regiones, ya no solo por la diferente composición sectorial de la producción o por las diferencias en renta per cápita, sino porque puede haber mecanismos relacionados con la política fiscal que impiden un ajuste correcto.

Nuestra idea es que las políticas fiscales deberían de ir coordinadas con las monetarias para lograr objetivos de manera más eficiente. Esta coordinación es necesaria ya que políticas monetarias específicas por regiones no son posibles, dado el grado de integración de los mercados financieros.

-Su labor investigadora combina análisis macroeconómico tradicional y técnicas avanzadas de econometría de series temporales y datos de panel. ¿Cuál es la importancia de estas herramientas en la investigación económica moderna?

-La teoría económica juega un papel muy importante para el avance de nuestro conocimiento de cómo funciona una economía. Partiendo de supuestos elaboramos modelos, que son representaciones simplificadas de la realidad, que después contrastamos empíricamente con la econometría.

Los modelos son cada vez matemáticamente más complejos, y las técnicas econométricas hacen un uso muy extensivo de las capacidades de cálculo de los ordenadores actuales. Por lo tanto, si queremos llegar a validar los modelos, no queda otra que hacer interaccionar estas dos áreas de la economía, que es precisamente lo que llevo haciendo en los últimos 25 años.

El análisis puro de datos, por ejemplo, las técnicas de big data, no sirven mucho si no hay detrás un guion que permita interpretar los resultados. Un estadístico puede encontrar patrones en los datos económicos, pero es preciso que haya unas “gafas” que nos permitan entender esos patrones, y darles una explicación coherente.

Esto no difiere mucho de que sucedía hace 50 años. La ventaja es que hoy en día es más fácil, gracias a la potencia de los ordenadores, hacer análisis estadísticos y econométricas complejas, pero seguimos necesitando un modelo económico que nos guíe.

Por ejemplo, en otro proyecto estoy analizando los determinantes de la siniestralidad laboral a partir de los datos de los partes de accidente desde 2001. Tengo casi 7,5 millones de observaciones, que ahora hay que pulir, filtrar y darles una coherencia, gracias a la teoría económica.

-En los últimos años coordinó proyectos innovadores en educación, como el simulador macroeconómico en Excel y la participación en proyectos europeos de educación trasnacional. ¿Cómo valora la integración de la tecnología en la enseñanza de la economía?

-La universidad no puede alejarse de la tecnología. Pero tampoco debemos caer en el papanatismo de que el uso de la tecnología es indispensable. Para poder aprender a escribir es necesario un lápiz y una hoja, no un megaordenador cuántico.

Para aprender economía es necesario dibujar gráficos, resolver matemáticamente problemas de optimización, hacer tablas de estrategias... Y una vez que todo esto está aprendido, la tecnología nos abre un horizonte espectacular de posibilidades metodológicas, pero lo básico (el lápiz y el papel) seguirán siendo herramientas fundamentales para aprender, economía y muchas otras disciplinas.

-Finalmente, y mirando al futuro, ¿qué líneas de investigación considera prioritarias para entender los cambios que afrontará el mercado de trabajo en la próxima década?

-Sin duda hay tres retos que tendremos que afrontar desde la investigación.

En primer lugar, el impacto de la automatización sobre la creación de empleo. Las visiones apocalípticas de hace unos años se tornaron más optimistas a la vista de lo que está aconteciendo en los mercados de trabajo, pero queda mucho por analizar.

En segundo lugar, el reto del envejecimiento y cómo vamos a afrontar la financiación de un sistema de pensiones en un contexto de envejecimiento general de la población, sin un relevo claro, y en un contexto de relevo de trabajadores por máquinas.

En tercer lugar, el debate sobre la reducción de la jornada laboral y el impacto sobre la productividad es otras de las grandes cuestiones que tendremos que abordar en un futuro próximo.

Los contenidos de esta página se actualizaron el 03.07.2025.