Rosa Romero: «Nuestros montes garantizan la vida sostenible»

El aprovechamiento de los montes aporta la humanidad muchos beneficios económicos, como la madera y los productos forestales, lo cuales están estrechamente ligados a ámbitos como el de la construcción, mueblería, carpintería o el papel. Así, según el Informe Anual de la Cadena Monte-Industria para el período 2022-2023 elaborado por la Universidad de Vigo, el valor económico aproximado de las masas arboladas de Galicia es de unos 43.000 millones de euros. Una cifra que, de una manera contundente, evidencia esta realidad.
Sin embargo, los montes acogen dentro de sus lindes una infinidad de recursos cuyo aprovechamiento pasa muchas veces desapercibido. Las llamadas producciones complementarias, como la apicultura, la ganadería extensiva o la micología se articulan como elementos clave de la explotación eficiente, rentable y sostenible de los ecosistemas forestales.
Del mismo modo, no debemos olvidar los beneficios ambientales, sociales y culturales que aportan los montes al conjunto de la población: son fundamentales en la captura de CO2 -ayudando por lo tanto a mitigar el cambio climático-, son reguladores climáticos -mantienen la humedad del aire y reducen la temperatura-, protegen el suelo, prevén la erosión, purifican el agua -la filtran y la almacenan, garantizando su calidad y salubridad- y, además, son uno de los mayores reservorios de la biodiversidad de nuestro planeta -incluyendo el 80% de las especies terrestres-.
Precisamente, fomentar todas estas potencialidades del monte y poner en valor un concepto más amplio de la Ingeniería Forestal son algunos de los pilares sobre los que se asienta la labor investigadora y docente de nuestra entrevistada de hoy, Rosa Romero Franco.
Rosa Romero es, ente otras muchas cosas, profesora en el departamento de Producción Vegetal del Campus Terra, miembro del grupo AGROFORECOL y, desde hace casi tres años, directora de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería (EPSE), convirtiéndose en la primera mujer en ostentar este cargo.
Su consolidada trayectoria abarca más de 30 años marcados por una profunda pasión y dedicación por el reino vegetal, los cuáles se transfieren directamente a su actividad docente, divulgadora y de gestión. Y que, también, esperamos que esta pequeña conversación le haga justicia.
-La Ingeniería Forestal abarca un amplio abanico de estudios y aplicaciones. ¿Qué aspectos de esta disciplina le resultan más fascinantes y cuál fue su principal motivación para dedicarse a este campo?
-El Grado en Ingeniería Forestal y el Máster en Ingeniería de Montes, impartidos en la EPSE, abarca una gran cantidad de aspectos imprescindibles para el desarrollo económico y social de las personas y también contribuyen a dar respuesta a alguno de los grandes desafíos de la humanidad actual, como el cambio climático, la desertificación, la regulación hídrica, el mantenimiento de la biodiversidad, la fijación de CO2 atmosférico o la protección del suelo contra la erosión. Sin embargo, en estas se estudian muchos aspectos que me resultan extremadamente atractivos, aunque mi docencia se centra en el estudio de la flora y vegetación de los bosques y de las plantaciones forestales (Botánica Forestal) y también en los productos forestales no madereros (Producciones complementarias del Bosque).
Yo empecé como docente a impartir la materia de Botánica Forestal y lo hice siendo consciente de que tenía que tratar de enseñarles a los estudiantes que esa era una materia fundamental para cualquier ingeniero forestal o de montes, ya que no se puede actuar sobre lo que no se conoce. También les insisto en que lo que yo explico en las aulas es una parte pequeña de la Botánica General: me centro en las plantas más importantes en el campo forestal (fundamentalmente arbóreas y arbustivas) pero sin olvidar las que tienen algún tipo de protección ambiental.
Para poder hacer los trabajos típicos de un Ingeniero Forestal, como son la gestión y la ordenación del medio, ver el tipo de aprovechamientos económicos y no económicos de una zona de monte, o trabajar en la prevención de riesgos como los incendios, hay que conocer previamente las plantas y sus características morfológicas y ecológicas. Solo así se podrán tomar las decisiones más acertadas.
Siempre les digo a mis alumnos que la Botánica Forestal es a un ingeniero lo que un esqueleto es a un traumatólogo. Intento que mi pasión por el conocimiento de la flora autóctona llegue mis estudiantes. Intento transmitirles que las intervenciones en el medio natural deben de ser respetuosas con el propio medio y sus integrantes y para eso tienen que conocer en profundidad todos sus componentes.
-Una parte central de su corpus investigador se centra en plantas como la Arnica montana, muy valiosa para industrias como la farmacéutica. ¿Qué particularidades hacen de esta especie un recurso tan valioso y que desafíos enfrenta su conservación?
-Por sus propiedades antiinflamatorias, la Arnica montana resulta muy útil en el tratamiento de lesiones, golpes y contusiones. Además, es muy demandada por la industria farmacéutica, la cual obtiene su mayor parte de acopio del medio natural, siendo Galicia un gran suministrador de esta materia prima.
Esta demanda, que es creciente junto con el cambio de uso de zonas del territorio donde aparece de forma natural, llevó a la merma o incluso la desaparición de muchas poblaciones en las áreas de distribución, incluida Galicia.
De hecho, está incluida en la directiva de Hábitats de la UE, Indicando que los países miembros donde aparece deben tomar medidas que regulen su cosecha para evitar su desaparición. En Galicia, por el contrario, no se hace nada en lo tocante a esta regulación de la cosecha.
Nuestras investigaciones nos permitieron identificar dos quimiotipos diferentes, siendo uno de ellos más abundante que el otro, lo cual está relacionado también con la variabilidad genética de la especie. Este tipo de investigaciones es muy importante, tanto desde el punto de vista económico como de conservación de la biodiversidad.

-En uno de sus últimos trabajos identificaron distintos linajes genéticos en esta especie. ¿Qué implicaciones tiene este hallazgo para la conservación y para su uso en la industria farmacéutica?
-La presencia de diferentes grupos genéticos tiene un elevado interés en la conservación de la especie, porque muchos de ellos son endémicos y se pueden encontrar adaptaciones locales.
Además, estos grupos genéticos muestran una asociación con los dos quimiotipos identificados en la especie, representando los resultados encontrados una posible base genética en esta diferenciación bioquímica (a confirmar en análisis de ambiente común (common garden))
-Las plantas medicinales y aromáticas son un recurso con potencial económico pero que precisan de un esfuerzo de conservación. ¿Cómo puede equilibrarse su aprovechamiento sostenible con la protección de sus poblaciones naturales?
-Antes de nada, es necesario hacer un estudio exhaustivo de la distribución y tamaño de las poblaciones, de su grado de diferenciación genética y de los ambientes ecológicos en los que aparecen. También de los riesgos y amenazas que actúan sobre ellas. Luego, determinar el nivel de aprovechamiento que pueden soportar y, por último, legislar para garantizar esa continuidad a medio y largo plazo de las poblaciones.
Para garantizar la supervivencia de las especies y poblaciones de plantas medicinales también se pueden realizar estudios de posible domesticación de algunas de esas poblaciones naturales y determinar la rentabilidad de su cultivo. De hecho, en la EPSE hicimos ya estudios de cultivo con árnica con buenos resultados en cuanto a productividad y rendimiento químico
-Su investigación sobre las producciones complementarias del bosque destaca la importancia de explorar productos distintos a la madera. ¿Qué recursos emergentes cree que tienen mayor potencial en el contexto de la bioeconomía y la sostenibilidad?
-En general, creo que la sociedad cuando piensa en la Ingeniería Forestal solo tiene en mente el aprovechamiento maderero, mientras que las producciones complementarias son las grandes olvidadas. De hecho, no son excluyentes, pues al mismo tiempo que hacemos una plantación para obtener madera podemos complementarla con otros aprovechamientos.
En la categoría de producciones complementarias, los llamados productos forestales no madereros, no solo se incluyen los que aparecen de forma natural, sino también su cultivo, clave para evitar la sobre explotación (cómo suene pasar). Por lo tanto, como producciones complementarias, además de las plantas medicinales se encuentran las setas, la miel, la corteza del alcornoque, los pequeños frutos, el saúco... Nuestros montes tienen una gran potencialidad desde todos los puntos de vista, pero deben de ser gestionados de una manera eficiente, con regulaciones promovidas por la administración competente de cara a mantener los recursos.
Por poner un ejemplo, mis compañeros de departamento, Antonio Rigueiro y Roque Rodríguez, trabajaron en la valorización de los castañares y llegaron a la conclusión de que es la plantación forestal más rentable por hectárea si se aprovecha su fruto, la castaña, así como su leña y las setas.
-También trabajó en la evaluación de métodos alternativos para el control de vegetación en las márgenes de las carreteras, sobre todo de especies invasoras. ¿Existen soluciones innovadoras para sustituir a los métodos tradicionales y minimizar así el impacto ambiental?
-En ese campo hice una pequeña colaboración, y los métodos alternativos probados, (sal, vinagre) a corto plazo resultaron tan eficaces como los herbicidas. Desde mi punto de vista, en grandes extensiones, para que la eliminación de vegetación en las márgenes de las carreteras no sea un peligro para el ambiente, creo que lo más recomendable es hacer desbroces.
-La agrosilvicultura ha ido ganando protagonismo en la Política Agraria Común europea, como no podía ser de otra forma. ¿Cómo ve su evolución y qué oportunidades ofrece para la gestión sostenible del territorio?
-Es una opción interesante, tanto a nivel económico como social y también ambiental. Mas pienso que el futuro de los montes (y todos sus posibles aprovechamientos) reside en realizar una ordenación integral de sus recursos. Yo, particularmente, no estoy a favor de las “modas”. La universidad, los técnicos formados en las escuelas de ingeniería y las administraciones tendrían que ir de la mano si realmente queremos que la Tierra y el Territorio sean, además de económicamente rentables y socialmente acogedores, resilientes y sostenibles.

-La silvicultura está en constante adaptación ante el cambio climático. Desde su experiencia, ¿qué estrategias considera clave para mitigar sus efectos en los ecosistemas forestales?
-El cambio climático afecta de manera diferente a las distintas partes del mundo. En la Península ibérica, se prevé que sus efectos sean dispares, mucho menos intensos en el extremo norte, donde nos encontramos nosotros, que en el resto. Teniendo en cuenta estas diferencias y lo que sabemos sobre los cambios ambientales que acontecieron en épocas geológicas recientes en el NW, las especies nativas de nuestro territorio estarían perfectamente adaptadas al incremento de temperaturas y a las variaciones en las precipitaciones que se puedan experimentar; además, sabemos que funcionan como cortafuegos muy efectivos.
En este escenario, el papel de las especies autóctonas cobra especial relevancia en la planificación de los aprovechamientos forestales y en la prevención y control de las olas de incendios. Se trata de aprovechar las oportunidades que nos ofrecen estas especies y tenerlas en cuenta en la planificación de los usos del territorio, fomentando su empleo en las plantaciones y su distribución en mosaico.
De este modo, las masas forestales serían menos propensas a padecer fuegos de gran magnitud e intensidad, favoreciendo la resiliencia de los ecosistemas, la conservación de los suelos y la regulación del ciclo del agua. Paralelamente, la utilización de especies arbóreas autóctonas tendría un efecto positivo para el mantenimiento de ciertos elementos que forman parte de la biodiversidad que actualmente están en riesgo de desaparición.
-Por último, no queríamos dejar de preguntarle sobre el papel de la mujer en la sociedad actual. La ingeniería forestal y la investigación científica fueron tradicionalmente ámbitos con menor representación femenina. ¿Cómo fue su experiencia como mujer en este campo y qué consejos daría a las jóvenes que quieran dedicarse a sus ramas de conocimiento?
-Es cierto que las ingenierías en general son profesiones masculinizadas. La Ingeniería Forestal no es una excepción: en nuestras aulas las mujeres no llegan al 30% del total de estudiantes matriculados.
Hay varios motivos que explican esto como estereotipos de género, aún muy incrustados en la sociedad actual (las mujeres son mejores para todos los campos que tienen que ver con el arte, los cuidados, con la enseñanza, frente los homres que son mejores en todo lo que tiene que ver con los campos de la técnica y de la ingeniería) o la falta de referentes femeninos en el campo de las ingenierías en los libros de texto de la enseñanza primaria y secundaria.
Hace falta mucha pedagogía para revertir esta situación. Desde la EPSE lo intentamos todos los años, promoviendo talleres dirigidos por ingenieras de nuestro centro en las escuelas de primaria, para acercar a las chicas ejemplos tangibles, para que vean que ser Ingeniero/a no es cuestión de género.
En lo relativo a la investigación que yo realicé a lo largo de mi vida tengo que decir que fue muy gratificante. Los esfuerzos dieron resultados, también es cierto que siempre estuve arropada por personas investigadoras sin las que sería imposible sacar adelante los trabajos.
También creo que es muy complicado dar consejos, toda vez que la carrera investigadora hay que contemplarla como una carrera de fondo. Entiendo que cuando una mujer joven finaliza sus estudios universitarios y consigue fácilmente un trabajo remunerado (como es el caso de las egresadas en ingeniería en la actualidad) opten por integrarse en el mundo laboral.
Pero es cierto que hoy por hoy las jóvenes, a través de las Bolsas del Campus Terra para inicio de la investigación, tienen la posibilidad de comenzar estudios de investigación en los diferentes grupos que hay en la Escuela y comprobar y ver si ese mundo les interesa. Desde mi experiencia las animaría la que lo hicieran.
La presencia de mujeres también es imprescindible en la investigación técnica, no solo por justicia histórica, ayudando a combatir la desigualdad de género, sino también porque está demostrado que los grupos de investigación integrados por hombres y mujeres producen soluciones más innovadoras y eficientes. La diversidad garantiza que los avances tecnológicos beneficien a toda la sociedad.