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Fina Lombardero: «Nuestros estudiantes tienen un 100% de empleo porque la sociedad los necesita»

Fina Lombardero es Doctora en Biología
Fina Lombardero es Doctora en Biología
La Doctora en Biología en el Departamento de Producción Vegetal y Proyectos de Ingeniería del Campus Terra es una referencia en sus campos de conocimiento tras más de 30 años de docencia e investigación

El mundo de Fina Lombardero es el nuestro. El de todos. El de siempre desde hace millones de años: alimentos, entorno, árboles y plantas... Se dedica a estudiarlo y enseñarlo en la Universidad desde hace más de 30 años, lo que la ha convertido en algo más que una referencia en sus campos de conocimiento. También en una voz más que autorizada.

Su currículo impone. Doctora en Biología por la Universidade de Santiago de Compostela, profesora titular en el Departamento de Producción Vegetal y Proyectos de Ingeniería en el Campus Terra, un referente por sus numerosas investigaciones y publicaciones en ámbitos como la Entomología Forestal, la Sanidad Forestal, Defensa del Arbolado, Cambio Climático o Especies Invasoras. Mantiene una intensa colaboración en este campo con otros investigadores nacionales e internacionales con intereses semejantes.

Pero su vida va mucho más allá de la docencia y la investigación. Como no podía ser de otra forma, Fina vive en una aldea con sus perros: Nela y Tizón. Amante del senderismo y de trabajar la huerta, también dedica tiempo de ocio a la restauración de piezas antiguas. «Muebles, aperos y herramientas de campo de mis abuelos o que encontré en casa cuando llegué a ella».

Y tiene una obsesión. Confesable, eso sí. «Soy aficionada también a hacer puzles, pero no puedo hacer muchos porque me obsesiono hasta que los finalizo. Solo puedo dedicarme a ellos en vacaciones. ¡No puedo dejar uno a medias!»

Conversar con ella de su mundo, que en realidad es el nuestro, es mucho más que un placer...

-Curculio elephas, Cydia splendana, Gnomoniopsis castaneae... Desde fuera, cualquiera podría pensar que el castaño tiene más enemigos que un superhéroe. ¿Por qué es así? ¿Tiene algo diferencial como especie para que las cosas salgan así?

-No, esto es absolutamente normal. Todas las especies vegetales tienen un número elevado de insectos, hongos y otros organismos que viven a expensas de ellas, forma parte de eso tan maravilloso que llamamos biodiversidad. Lo que pasa es que de vez en cuando alguna se convierte en plaga o enfermedad, pero esto casi siempre desde la perspectiva del ojo humano. El castaño produce suficientes castañas para reproducirse, le da igual que unas cuantas sean comidas por insectos. Pero al hombre, productor de castañas, no le da tanto igual.

Muchos de los problemas que tenemos ahora, sobre todo sí hablamos de especies nativas, son consecuencia de los cambios en el modo de vida y uso que hacemos del campo. Las plagas de las castañas abandonan la castaña una vez caída al suelo y se entierran en el suelo.

Muchos de los hongos quedan en las hojas, en los erizos o en las castañas que descartamos en el suelo, y esto les va a permitir recolonizar nuevas castañas en el año siguiente. Hace años esto no ocurría porque se recogía todo, las castañas buenas se cogían para alimentación humana y las dañadas o mal desarrolladas para alimentación animal, por lo que suelo quedaba casi limpio y el riesgo de reinfección era más bajo.

Esto en cuanto a especies nativas, pero los problemas más graves del castaño derivan de la introducción de especies no nativas  por el movimiento de material vegetal y suelos entre fronteras, rompiendo las barreras naturales que existían (océanos, desiertos, montañas…), que no podían ser atravesadas por insectos u patógenos y que el hombre derribó. Y estas son las que están causando los mayores daños.

-Por si fuera sido poco, se une también con la avispilla del castaño, una plaga que afecta al crecimiento del árbol, disminuye la densidad de frutos y perjudica la producción apícola. Sé que también ha trabajado mucho en este campo. ¿Se puede combatir la este insecto cuando el uso de insecticidas se reveló cómo ineficaz?

-Hoy en día, el uso de insecticidas es la última de las opciones que debemos contemplar en el control de plagas, por sus riesgos medioambientales y para la salud humana. En el caso de la avispilla, su uso sería incluso perjudicial, ya que pasa la mayor parte de su vida oculta en las yemas del árbol. Pero el vuelo de este insecto coincide con la floración del castaño, por lo que el uso de insecticidas podría afectar también a sus polinizadores, incluidas las abejas y esto podría mermar la producción de castaña y incluso de miel.

Afortunadamente, para la avispilla se puede emplear el control biológico. Se conocen enemigos naturales de este insecto como es la especie también introducida Torymus sinensis, que se alimenta de sus larvas causándoles la muerte. Existen también especies nativas de parasitoides que también ayudan en su control, especialmente cuando los niveles de población son bajos.

El propio árbol tiene también sus mecanismos de defensa contra este insecto. Por ejemplo, es capaz de destruir  parte de los huevos de la avispilla dentro de las yemas  del castaño en otoño e invierno.

-Usted ha investigado mucho también sobre otra especie crítica de la masa forestal gallega como es el pino. ¿Cuál diría que es el estado de salud de esta especie en un territorio como Galicia? Incluso también en Europa.

-En términos generales, los pinos en Galicia disfrutan de buena salud. Es cierto que puntualmente pueden observarse daños importantes especialmente en la especie introducida, Pinus radiata. En años húmedos y frescos, puede sufrir muchos ataques de hongos foliares, pero esta especie es bastante tolerante y tiene capacidad para seguir creciendo y compensar los daños.

En Europa depende de la especie y el área geográfica. Hacia la zona mediterránea están sufriendo problemas medioambientales por sequías persistentes y en otras zonas por contaminación o expansión del rango de distribución de algunas especies mediterráneas por culpa del cambio climático o igual que nosotros, por la introducción de plagas y enfermedades de otras áreas geográficas.

-Árboles, hongos, insectos... ¿Y el clima? ¿Qué papel juega en el mundo de la investigación en su relación con la gestión forestal?

-El clima es muy importante por varios motivos. El cambio climático puede ayudar la que especies secundarias se puedan convertir en primarias. Como la Altica del roble en Galicia, que se convirtió en un problema importante de esta especie en zonas calientes y secas que no son buenas para el roble pero son óptimas para el insecto.

La climatología puede ayudar la que sobrevivan más insectos en el suelo durante  el período invernal, sobre todo en años con inviernos secos y con temperaturas por encima de lo normal. Los períodos de sequía estival pueden perjudicar a las plantas haciéndolas más sensibles a plagas y enfermedades. Las lluvias abundantes como las de este año en el momento de la recogida de frutos, favorecen a los hongos y, por tanto, la podredumbre de los frutos, etc.

Además, estos cambios climáticos pueden permitir el establecimiento de especies no nativas que de otro modo, a pesar de haberse introducido, no podrían establecerse.

-¿Veremos más plagas en el futuro por el impacto del cambio climático?

-Para mi, en el ámbito de la sanidad forestal, en este momento es más importante el fenómeno de la globalización que el cambio climático, porque son las especies introducidas las que están causando mayor impacto en nuestras masas forestales. Evidentemente, una vez introducidas, las  condiciones climáticas favorables pueden ayudar a que se establezcan y proliferen.

Pero es cierto, como ya comenté, que las condiciones climáticas pueden hacer que especies secundarias se conviertan en plaga, bien porque el árbol no aguanta esas condiciones y se debilita, haciéndose, por tanto, más sensible a ataques. O bien porque las condiciones climáticas favorecen la supervivencia y desarrollo de los insectos.

Vista de un precioso paraje en un monte gallego
Vista de un precioso paraje en un monte gallego

-¿Está la sociedad lo suficientemente concienciada de la importancia de la sanidad forestal? Sin verde no hay paraíso...

-Yo pienso que sí hay preocupación entre productores, propietarios y Administración. Quizás no tanto entre la gente de las ciudades, un poco más desconectada del entorno rural.

Pero yo les pido cada año a mis alumnos que hagan un ejercicio de revisar las hemerotecas sobre problemas sanitarios en el medio forestal que salen en el periódico y siempre encuentran algo. O sea, que de alguna manera llega al público en general, aunque quizás no son tan conscientes de las repercusiones que tienen en su día a día, básicamente en el encarecimiento de precios y deterioro del entorno.

-En el Campus Terra llevan muchos años haciendo un trabajo investigador de mucho valor. ¿Cuáles diría que son los pilares de toda esta acción?

-Algunas veces me da la impresión de que vivimos en una sociedad a espaldas del sector primario. La gente no se recuerda que de comer y para vivir necesitamos producir alimento y gestionar el territorio, y eso es lo que se hace desde el Campus Terra: mejorar la producción animal y la producción vegetal dentro de un contexto de sostenibilidad y respeto al medio ambiente, proponer iniciativas para mejorar las condiciones de vidas en el rural y fijar población.

Los ejes en los que se apoya el Campus Terra son la Producción Vegetal y Agricultura Sostenible, Producción y Salud Animal Sostenibles, Alimentación Segura y Saludable y Gestión Forestal Sostenible. ¿Qué puede haber más necesario para que la sociedad siga funcionando?

-Sé que a lo mejor esta que le planteo es una visión un tanto romántica, pero lo que hacen es investigar y diseñar un futuro más verde, más sostenible, en definitiva, mejor. ¿No le parecen argumentos muy seductores para captar vocaciones?

-Como decía antes, podemos tener polos tecnológicos, inteligencia artificial, drones y aeronaves, pero tenemos que comer, producir alimentos sanos, madera para una construcción más sostenible, mejorar las condiciones de vida del rural, gestionar el territorio para obtener producción, pero también disfrute, conservar y restaurar el medio en el que vivimos, el paisaje y el monte para que sigan cumpliendo con sus servicios ecosistémicos, de los que nos vamos a beneficiar todos. Esas necesidades van a estar siempre ahí.

Nuestros estudiantes tienen un 100% de empleo porque la sociedad los necesita.  

-¿No debería ser Europa la vanguardia mundial en la gestión forestal? ¿En el desarrollo de unas políticas y programas que acaben por tener un impacto a nivel global?

-La gestión forestal no entra en mi campo de especialización, pero Europa está la vanguardia en cuestiones de sanidad vegetal. Tenemos una legislación muy potente y un sistema de detección en frontera, seguimiento y vigilancia del medio pionero, solo equiparable al que tiene EE.UU. y Canadá o Australia.

Aun así, se nos escapan muchos organismos que acaban entrando y causando un fuerte impacto en el medio, especialmente de países con los que tenemos una intensa actividad comercial como es China.

La asignatura pendiente es establecer un sistema semejante a lo que tiene Europa pero a nivel mundial. La sanidad solo puede abordarse globalmente. Esto evitaría un gran número de problemas, as veces devastadores.

La tinta del castaño, sin ir más lejos, casi lleva a la extinción del castaño en Galicia hace un siglo y el cáncer del castaño mató unos 4.000 millones de árboles en Estados Unidos en 50 años a principios del siglo pasado. En Norteamérica hoy en día dan por perdido el fresno. Son realidades que pienso que nos deberían hacer reflexionar la próxima vez que viajemos o compremos vegetales o derivados de fuera del entorno.

Los contenidos de esta página se actualizaron el 04.12.2023.