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Javier Ferreiro: «Las amenazas y los problemas de conservación no saben de fronteras»

Javier Ferreiro centra su trabajo en la gestión de la biodiversidad y en la conservación del patrimonio natural
Javier Ferreiro centra su trabajo en la gestión de la biodiversidad y en la conservación del patrimonio natural
El Doctor en Ingeniería Forestal e investigador contratado del IBADER, Javier Ferreiro, reflexiona sobre el papel que juega la conservación de ecosistemas en la transición ecológica

La conservación, aunque su etimología y sus términos derivados puedan sugerir lo contrario, es una disciplina en constante cambio y evolución, que necesita ser renovada y replanteada a diario para poder responder a las demandas medioambientales de nuestro planeta, nuestro único hogar.

La aplicación de nuevas tecnologías de vanguardia, la estandarización de la información o la promoción de las sinergias entre las distintas ramas del conocimiento son algunas de las estrategias que nutren una perspectiva de la preservación del patrimonio natural que se quiere necesaria y eficaz. Una óptica que Javier Ferreiro da Costa conoce como la palma de su mano.

Premio Extraordinario de Doctorado en Ingeniería Forestal por la Universidade de Santiago de Compostela e investigador contratado del Instituto de Biodiversidade Agraria e Desenvolvemento Rural (IBADER) del Campus Terra, Javier Ferreiro disfruta de una consolidada voz en el mundo de la gestión de la biodiversidad, protección de hábitats de interés comunitario y conservación del patrimonio natural.

Su dilatada experiencia en la preparación de candidaturas y gestión técnica de proyectos del programa europeo LIFE o su participación en el equipo de trabajo de la redacción del Plan Director de la Red Natura 2000 son solamente una pequeña muestra de una trayectoria investigadora forjada en el compromiso con el planeta, con nuestra tierra y con el futuro.

En esta ocasión, os invitamos a ser testigos de las valiosas reflexiones de las que Javier Ferreiro nos hace entrega en la entrevista de hoy, en la que trata cuestiones tan relevantes como la importancia de proteger los ecosistemas turfófilos, la necesidad de crear proyectos de carácter trasnacional en el ámbito de conservación medioambiental o la situación actual de Galicia en materia de declaración de áreas protegidas.

-La conservación y preservación de la biodiversidad son sin duda algunos de los grandes retos a los que nos enfrentamos como sociedad. ¿Qué relaciones se pueden establecer entre la conservación y elementos como la gestión territorial, las prácticas agropecuarias o la gobernanza rural?

-Las políticas sectoriales que se desarrollan en medioambiente deben tener en cuenta los elementos clave para la conservación que están presentes en el territorio, ya que son elementos que poseen un valor patrimonial (patrimonio natural), y por lo tanto deben ser preservados. Y, de hecho, en la actualidad así se implementa a través de su legislación de aplicación, ya que cada vez más todas las políticas sectoriales incorporan preceptos de sostenibilidad y conservación en su articulado.

Eso no implica que no existan procedimientos que no sean lo suficientemente rigurosos o que se puedan mejorar las disposiciones legales. Todo es mejorable. Y aún tenemos un largo camino por recorrer en materia de concienciación y sensibilización de la sociedad en este campo. 

Todos entendemos que el patrimonio cultural debe ser conservado y valorizado: a nadie le parecería bien que en la misma Praza do Obradoiro, delante de la Catedral de Santiago de Compostela, se instalara un centro comercial, o que la Muralla de Lugo fuera derribada parcialmente para hacer más plazas de aparcamiento alrededor del centro de la ciudad. 

Pues también nuestros ecosistemas naturales son de incalculable valor, ya que la biodiversidad constituye nuestro patrimonio natural, y por lo tanto debería haber la misma concienciación sobre transformar una duna para plantar pinos, o afectar a poblaciones de mejillón de río para instalar equipamientos recreativos. Y por lo de ahora no la hay.

-Cuéntenos, ¿cuáles son las nuevas tendencias en lo referente a la conservación? ¿Qué papel pueden llegar a jugar ciertas tecnologías en auge, como por ejemplo la inteligencia artificial, en la protección de los ecosistemas?

-Lo cierto es que el panorama general cambió bastante en las últimas 3 décadas en materia de medio ambiente. Y esto motivó que el mundo de la conservación se adaptara rápidamente, o mismo incluso fue muy por delante de otros sectores. En la actualidad, las áreas protegidas se integran en redes internacionales (entre las que destaca, sin duda por su importancia y alcance territorial, la Red Natura 2000), lo que provoca una necesidad importante de intercambio de información diagnóstica dentro de esas redes, y por lo tanto la necesidad de estandarizar y actualizar toda la información disponible.

Esto motivó que la incorporación de nuevas tecnologías fuera prácticamente un deber desde el comienzo del funcionamiento de estas redes internacionales de espacios. Hace 30 años comenzamos a emplear los Sistemas de Información Geográfica (SIX), que posibilitaron hacer análisis multiparamétricos, superponer capas geográficas de distintos orígenes y períodos, y generar cartografías ambientales que luego pudieron ser subidas a repositorios internacionales de áreas protegidas para su descarga o a visores web para consulta de toda la sociedad.

Con la llegada de los SIX llegó también la inteligencia artificial (a pesar de que parece algo muy reciente) para el análisis de sensores remotos (fotografías aéreas, imágenes por satélite) mediante clasificaciones automáticas, que fueron mejorando su precisión de manera espectacular. Y desde hace unos 10 años, la incorporación de aeronaves no tripuladas (UAVs) permitió un avance en materia de protección y vigilancia de valores ambientales concretos, ya que permiten llegar de manera inmediata a lugares o situaciones de muy difícil acceso, que ocasionaban un despliegue de medios y tiempo muy costosos.

Con todo, las clasificaciones automáticas realizadas con inteligencia artificial, aunque cada vez son más certeras, deben ser supervisadas y adiestradas por las personas que las manejan. Aun no encontré una inteligencia artificial que pueda competir con personal con la debida formación científico-técnica, el conocimiento preciso y la experiencia necesaria, en la identificación de hábitats de interés para la conservación sobre fotografía aérea.

En materia de trabajos en medio ambiente, la inteligencia artificial puede ser de gran ayuda si se entrena bien y se emplea para mejorar la precisión de determinadas tareas, pero su uso no puede ser un fin mismo, es simplemente una herramienta que mejora el trabajo.

-Una de sus últimas investigaciones pone el foco sobre la modificación de las turberas a causa de la creación de parques eólicos en las mismas. ¿Qué papel juegan estos ecosistemas en la lucha contra lo cambio climático? ¿Cómo podemos alcanzar una transición ecológica sin participar en el deterioro de este tipo hábitats? 

-Absolutamente no podemos hablar de transición ecológica, ni de adaptación o mitigación climáticas, sin proteger y conservar los ecosistemas turfófilos, esto es, las turberas (en todas sus variantes) y los brezales húmedos.

Turberas y brezales húmedos poseen el mayor valor de conservación de la biodiversidad a nivel regional, pero también a nivel estatal y europeo, ya que albergan poblaciones de especies propias de estos ambientes (que desaparecerían en caso de perder estos medios), juegan un importante papel de enlace en la migración e intercambio genético de la biodiversidad, y además son reguladores principales en los ciclos hidrológico y de nutrientes, presentando una elevada fragilidad y vulnerabilidad.

Pero, además, por su funcionamiento natural, son los sumideros con mayor capacidad de retención de carbono a largo plazo, y por lo tanto son nuestros mayores aliados en la lucha climática. Hablar de descarbonización, de reducción de emisiones, o mismo de cambio de modelo de transporte, pero no prestar atención a nuestra mejor arma frente al cambio climático, resulta completamente absurdo. Ya están ahí, hacen lo que necesitamos, no hay que construirlos, crearlos o generarlos. Solamente conservarlos.

Por eso no entendemos la promoción desmedida de desarrollos eólicos que presuntamente sirven para reducir emisiones de carbono, pero que causan la pérdida y transformación de nuestras mejores representaciones de hábitats turfófilos, destruyendo su biodiversidad y perdiendo su función como sumideros naturales de carbono a largo plazo. Y de ahí nuestro artículo, junto a un montón de investigadores europeos en la materia, denunciando este proceso.

Las turberas y brezales son los sumideros con mayor capacidad de retención de carbono a largo plazo
Las turberas y brezales son los sumideros con mayor capacidad de retención de carbono a largo plazo

-Desde hace algo más de 30 años, el programa LIFE viene siendo el único instrumento financiero de la Unión Europea dedicado exclusivamente al medio ambiente. Usted lo conoce de primera mano, ya que ha participado en varios proyectos de este programa. ¿Cuáles han sido sus funciones dentro de estos proyectos? ¿Cómo cambió la realidad de las diferentes localizaciones sobre las que se trabajó?

-Mi trabajo con estos proyectos comienza desde antes del proyecto, con la preparación de la candidatura, incluyendo la búsqueda de socios, la selección de localizaciones, la evaluación de alternativas, la consecución de apoyos al proyecto y la redacción del documento. Y casi podríamos decir que esta es la parte más compleja, ya que se parte de una idea, y luego hay que materializarla, diseñarla, presupuestarla y finalmente validarla con una evaluación durísima a nivel europeo.

Cada año participan más candidaturas, pero cada vez son concedidos un menor número de proyectos, lo que incrementa la competencia hasta unos niveles que no imaginábamos hace 25 años cuando comenzamos a trabajar en estos proyectos.

Durante el proyecto, mis tareas suelen ser su gestión técnica, incluyendo la redacción de documentos científico-técnicos, el seguimiento de las acciones de restauración, la creación y supervisión de materiales divulgativos, la organización y asistencia a eventos de intercambio, la preparación de los preceptivos informes de actividad y el apoyo al resto de socios en todo lo que precisen (ya que solemos ser los coordinadores de nuestros proyectos).

Como gallego, trabajar en la restauración y mejora de ecosistemas naturales en espacios naturales protegidos de Galicia, es verdaderamente un privilegio. Y poder trabajar con administraciones locales, autoridades competentes, ONGs, o mismo con propietarios privados, es probablemente el aspecto más positivo de mi trabajo.

Estos proyectos suelen suponer un antes y un después en lo que al estado ambiental de las localizaciones se refiere, y también en la capacitación técnica y conocimiento por parte de los agentes implicados, ya que las restauraciones son diseñadas por personal con la debida preparación científico-técnica, empleando material vegetal de origen local y compatible, evitando contaminación genética, y por supuesto rechazando el empleo de herbicidas.

Esto motiva que los resultados alcanzados sean continuados y conservados por las entidades locales y autoridades competentes incluso tiempo después de finalizado el proyecto, y también replicar en otros ámbitos y situaciones a lo largo del continente europeo.

-Una característica compartida por algunos de estos proyectos es su carácter trasnacional, que diluye las fronteras políticas y administrativas en pro de una gestión de la biodiversidad conjunta. ¿Qué ventajas aporta esta perspectiva?  

-Nuestros proyectos suelen ser trasnacionales, y siempre transregionales, porque las amenazas y los problemas de conservación no saben de fronteras, suelen ser comunes en territorios adyacentes.

Trabajar y aprender juntos, a favor de eliminar las amenazas y mejorar el estado de conservación de los ecosistemas naturales, permite una mayor capacidad de trabajo y garantizar la efectividad de las actuaciones desarrolladas. ¿De qué serviría eliminar una especie invasora en la ribera gallega del río Eo, si no se trabaja también en la asturiana? Pues obviamente de nada, porque la ribera asturiana funcionaría como foco de emisión, provocando que en breve volviera a aparecer en la parte gallega.

Uno de nuestros últimos proyectos es con el servicio de Parques Nacionales de Irlanda, ya que las semejanzas con Galicia son palpables.

-Actualmente está inmerso en la gestión técnica y redacción de tres candidaturas diferentes de este programa: LIFE WILD ATLANTIC NATURE, LIFE INSULAR y LIFE GLOBAL. ¿Qué nos puede contar sobre estos proyectos?

-LIFE WILD ATLANTIC NATURE es un proyecto LIFE integrado, que viene a solucionar problemas a nivel nacional, que necesita una gran movilización de recursos, servicios, agentes implicados y complementariedad de fondos.

Este es un proyecto de 9 años y más de 20 millones de euros, para la restauración de las turberas de cobertor en la Red Natura 2000 de Irlanda (como Estado miembro que concentra más del 90% tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea), liderazgo por su servicio de Parques Nacionales, pero en el que están implicados el resto de organismos competentes: agricultura, silvicultura, ganadería, turismo, patrimonio cultural y difusión nacional.

Nuestra participación en este proyecto es aportar una visión experta de las turberas de cobertor del Sur de Europa, y por lo tanto generar conocimiento e intercambio de información entre todos los agentes implicados, incorporando las lecciones aprendidas y conocimiento generado al esquema de trabajo desarrollado en Irlanda.

LIFE INSULAR es un proyecto de 5 años, y 5 millones de euros de presupuesto, para la conservación de ecosistemas naturales en islas del Océano Atlántico, para lo cuál fueron seleccionados espacios Natura 2000 insulares en Galicia, Canarias e Irlanda.

Este proyecto va a suponer un cambio del paisaje de las islas Cíes, sustituyendo plantaciones forestales senescentes de eucaliptos por ecosistemas naturales insulares, y por lo tanto posibilitando un beneficio ambiental muy elevado, recuperando el aspecto natural de las islas, previo a las iniciativas de repoblación forestal fomentadas durante el franquismo.

En Irlanda se desarrollarán actuaciones muy similares, para la recuperación de los paisajes dunares mediante la eliminación de las viejas plantaciones forestales que fueron establecidas por las políticas autárquicas irlandesas de mediados de siglo XX.

LIFE GLOBAL posee un presupuesto de algo más de 5 millones de euros, y 5 años de ejecución, en un interesante proyecto que posibilitará la mejora del estado de conservación de hábitats y especies prioritarios para la Unión Europea, y que son considerados “paraguas”, esto es, que poseen una reducida área de ocupación, repercuten positivamente en los espacios Natura 2000 en los que se encuentran presentes, y son característicos de los 3 escenarios de mayor vulnerabilidad y fragilidad frente al cambio global: la zona costera, los humedales continentales, y las áreas de montaña.

Para tal finalidad, el proyecto desarrollará acciones a pequeña escala en 5 regiones del Norte de la Península Ibérica, alrededor del límite conformado por las regiones Atlántica y Mediterránea: en España serán Galicia, Castilla y León, Euskadi y Navarra, mientras que en Portugal será la Região Norte.

-Y ya para finalizar. ¿Cómo es el proceso de propuesta de una nueva área protegida? ¿Ha sido testigo de alguna candidatura que finalmente no saliera adelante?

-El proceso de propuesta de una nueva área protegida difiere mucho en función de la tipología de la misma. En el caso de Espacios Naturales Protegidos terrestres (Parques, Reservas, Monumentos Naturales, Paisajes Protegidos), son las comunidades autónomas las que tienen las competencias para su declaración, aunque a veces la idea puede surgir de la motivación de un agente o colectivo concreto. En el caso de Espacios Naturales Protegidos marinos en aguas territoriales españolas, es el Ministerio en materia de medio ambiente el que tiene atribuidas esas competencias.

Cabe destacar que en Galicia poseemos dos figuras propias, los Espacios Naturales de Interés Local (ENIL) y los Espacios Privados de Interés Natural (EPIN), en los que la promoción para su declaración, y la gestión posterior, corresponde a las administraciones locales y a los propietarios privados, respectivamente, aunque la declaración es realizada igualmente por el gobierno autonómico.

No caso de los Espacios Protegidos Natura 2000, es la Unión Europea la que materializa todo el procedimiento, a través de las correspondientes propuestas de los Estados miembros, que en el caso de España se recurre a las propias comunidades autónomas puesto que las competencias en materia de medio ambiente están transferidas, actuando el Ministerio como organismo de coordinación.

Por su parte, las Áreas Protegidas por Instrumentos Internacionales, como Humedales de Importancia Internacional, Reservas de la Biosfera, o Patrimonio Mundial, poseen una serie de procedimientos y formularios para su candidatura, establecidos por el convenio o programa que los regula. Estos documentos suelen ser de una cierta complejidad, recopilando y generando una gran cantidad de información ambiental científico-técnica sobre el área propuesta, para demostrar que cumple con los criterios de sostenibilidad global, participación pública, consenso social y excelencia de los valores a proteger.

En consecuencia, realizar una propuesta internacional suele ser una tarea reservada a equipos expertos, con personal con la debida preparación y formación, y en esta tarea mi equipo de investigación posee una gran experiencia.

Con todo, no siempre todas las iniciativas para la declaración de un área protegida salen adelante. La complejidad en todos estos procedimientos puede llevar aparejada la aparición de conflictos de intereses, desinformación mediática, o campañas de desprestigio, que finalmente motivan que los responsables de las tomas de decisiones prefieran no seguir adelante con esa candidatura, y que esa idea quede guardada en un cajón.

Este tipo de decisiones resultan especialmente graves teniendo en cuenta de la necesidad que tenemos en la actualidad en Galicia de incrementar nuestra superficie protegida para cumplir los objetivos de las Estrategias Europea y Mundial de Biodiversidad de cara a 2030, ya que una de las principales conclusiones de mi tesis doctoral, leída hace dos años y que viene de recibir el Premio Extraordinario de Doctorado, es que Galicia es la comunidad autónoma de España que se encuentra en peor situación para cumplir los estándares internacionales en materia de declaración de áreas protegidas.

Y esto es una lástima, teniendo en cuenta los elevados valores albergados en la biodiversidad gallega, en comparación con el resto de la Península Ibérica.

Los contenidos de esta página se actualizaron el 28.10.2024.