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Nieves Pérez: «Es importante que la gente vea que desde la academia se sigue apostando por el rural»

Nieves Pérez es técnica superior de investigación en el Campus Terra
Nieves Pérez es técnica superior de investigación en el Campus Terra
Nieves Pérez Rodríguez, técnica superior de investigación en el Campus Terra entre otras cosas, centra sus estudios alrededor de la gestión sostenible de la tierra y del territorio

El deterioro y abandono del rural es una lacra que Galicia lleva arrastrando desde hace ya un tiempo. Sus consecuencias son devastadoras a nivel económico, político y social, pero también ambiental. La erosión de la tierra, el incremento de la vulnerabilidad frente a los incendios o la pérdida de la biodiversidad son solamente una pequeña muestra de ello.

Es por eso que figuras como los Nuevos Entrantes, personas que se incorporan al ámbito agrícola sin estar vinculadas al mismo, se antojan esenciales para luchar contra la sangría demográfica que está sufriendo nuestro territorio. Pero el papel que pueden jugar pasa por sortear una serie de desafíos que solamente pueden ser superados gracias a la labor de personas como Nieves Pérez Rodríguez. 

Técnica superior de investigación en el Campus Terra y miembro del Laboratorio del Territorio (LaboraTe), Nieves Pérez lleva años nutriendo su currículum mediante la participación en un extenso número de proyectos nacionales e interregionales, planes de ordenación municipal y plataformas, todo ello dentro del amplio campo de la gestión territorial.

Hoy echamos mano de su experta voz para que nos hable, entre otras cosas, de aquellos mecanismos que están puestos en marcha para facilitar el acceso a la tierra, de la importancia de fomentar la innovación en el campo y de la conexión existente entre la universidad y el rural.

-La sostenibilidad es uno de los retos más apremantes a los que se enfrenta la sociedad. ¿Qué papel juega la gestión territorial en la superación de este desafío? 

-La gestión territorial es fundamental. Planificar y gestionar los usos del suelo, o los recursos naturales con los que contamos contribuirá positiva o negativamente a temas tan importantes como la seguridad alimentaria, la protección del medio ambiente, la conservación del patrimonio o la propia calidad de vida de las personas. Por eso es importante abordarla desde una perspectiva multiescalar y multidisciplinar (dimensión ambiental, económica, sociocultural), y apoyándose en los procesos participativos para involucrar la población como parte activa que es de esa gestión desde la fase de planificación.

-Entre otras cosas, usted participa cómo investigadora en el Grupo Operativo TERRACTIVA, que viene de publicar una guía con el objetivo de facilitar el acceso a la tierra a nuevos entrantes. ¿Qué importancia tienen estos perfiles en el futuro del modelo agrario gallego y europeo? ¿De qué herramientas disponen para adquirir y explotar la tierra? 

-Sí, fue un proyecto muy enriquecedor. Busca desarrollar enfoques, herramientas y recursos, para inspirar y mejorar las capacidades de las entidades y profesionales que apoyan a las personas nuevas entrantes en su instalación en la agricultura. En él publicamos diversos documentos, entre ellos la guía “aterrizando en el sector agrario: cómo apoyar a las personas nuevas entrantes en el acceso a la tierra” (que se podrá encontrar en breve en la web de TERRACTIVA), dirigida a entidades y profesionales que, en mayor o menor medida, están acompañando y asesorando a estas personas en el inicio de su actividad, y también la aquellas otras que quieren comenzar a prestar ese tipo de apoyo. 

Este documento tiene como finalidad:

  • Inspirar una reflexión global sobre el proceso de búsqueda, selección, negociación y formalización del acceso a las tierras por parte de un nuevo o nueva entrante.
  • Sistematizar el tipo y el enfoque del apoyo que la entidad puede dar a esas incorporaciones ex nuevo a la actividad agraria.
  • Proporcionar un modelo a partir del cual la entidad de apoyo puede elaborar un manual práctico con el cual dirigir su acción de acompañamiento a la persona NE (Nueva Entrante), ajustándolo a su propia situación, contexto territorial, recursos y capacidades.

Al igual que sucede en otros sectores, los/as nuevas entrantes en la agricultura, que nosotros definimos en la guía como aquellas que inician por primera vez una actividad agrícola y/o ganadera y que no tienen vinculación previa con el sector agrario, vienen a contrarrestar, tanto en Galicia como en Europa, el desvanecimiento demográfico del sector, ya que la sucesión familiar no parece que vaya a asegurar las necesidades de relieve generacional que tenemos en la agricultura.  

Tal como señalamos en la guía, este tipo de nuevas incorporaciones afronta dificultades propias, adicionales a las ya enfrentadas por el conjunto del sector productor. En muchas ocasiones estas personas no cuentan con experiencia ni con conocimientos agrarios, no tienen conexiones directas con el sector, ni mismo con el rural y, frecuentemente, carecen de capital o patrimonio suficientes para comenzar una nueva actividad económica. 

Además, uno de los mayores retos para el colectivo de NE es el acceso a la tierra, suficiente en cantidad y calidad. Y este reto debe abordarse por fases, y la primera es más esencial y definir cuáles son las necesidades de tierra para la actividad que va a desarrollar, en cantidad, en calidad, localización, necesidades de acceso el agua, etc. Algo que parece muy obvio y que las veces no se hace condicionando la viabilidad de la propia iniciativa que quieren desarrollar.

También realizamos una recopilación de experiencias inspiradoras, una antología de diferentes iniciativas, en distintos países, que buscan apoyar a nuevos entrantes en la búsqueda y acceso a tierras para su proyecto.  Y se está finalizando una ventanilla de apoyo precisamente pensando en sus necesidades para la comarca de las marinas, Cultiva en las Mariñas.

Con respecto de la importancia de estos perfiles, tanto a nivel europeo como gallego, las estadísticas indican que el sector agrario (al igual que sucede en otros) está envejecido, y existe en muchos casos una falta de relevo en el ámbito familiar, por cuestiones muy diversas. Solo por aportar algún dato, según el último censo agrario (2020), en Galicia, algo más del 48% de los jefes de explotación estaban por encima de los 64 años, y un 23% entre 55 y 64.

Uno de los mayores retos para el colectivo de Nuevos Entrantes es el acceso a la tierra
Uno de los mayores retos para el colectivo de Nuevos Entrantes es el acceso a la tierra

-Usted también forma parte del grupo de investigación LaboraTe (Laboratorio del Territorio). ¿Cuáles son sus líneas de investigación actuales?

-Tengo la suerte de formar parte del LaboraTe desde el año 2009, y de trabajar con investigadores de referencia en líneas como la gestión de tierras, cambios de uso del suelo o la ordenación territorial: he aprendido mucho de ellos y con ellos. 

En este sentido mis principales campos de trabajo están relacionados con el desarrollo y la innovación en materia de tecnologías geoespaciales y gestión territorial:  

  • Análisis y diagnosis de dinámicas e instrumentos territoriales en materia de usos de la tierra, propiedad y movilidad de tierras, gestión de recursos naturales y desarrollo rural.  
  • Construcción, procesado y depuración de bases de datos geoespaciales,  
  • Aplicación de técnicas de análisis geoespacial. 
  • Desarrollo de proyectos de innovación en el ámbito de la planificación territorial y la elaboración de informes científico-técnicos.

-En unos días finalizará el plazo para concurrir a los Premios Rafael Creciente a iniciativas innovadoras de gestión territorial, convocados por la USC a través del Instituto de Biodiversidad y Desarrollo Rural (IBADER) y el LaboraTe. ¿Qué papel juegan este tipo de certámenes en el fomento y promoción de la innovación en el ámbito de la gestión territorial? 

-Yo creo que dan visibilidad a disciplinas que a la gente le cuesta más relacionar con la investigación y con la innovación. En estos premios tienen cabida muchos de los trabajos que se desarrollan en el Campus Terra, no solo por investigadores, también por alumnos que plasman sus ideas, en muchos casos novedosas, en un TFM o TFG, ponerlos en valor, darle visibilidad, que la gente vea que desde la academia se sigue apostando por el rural. Es una forma de valorar la investigación en gestión territorial en sentido amplio, desde el ámbito académico, y orientada la práctica, tal como Rafa intentó hacer siempre al largo de su trayectoria en la USC.

-Usted tiene experiencia en la elaboración de Planes Generales de Ordenación Municipal. ¿Cuáles son sus funciones como ingeniera agrónoma dentro del ámbito de la planificación urbanística? 

-La propia legislación indica que un Plan General debe ser realizado por un equipo multidisciplinar, por tanto, y teniendo en cuenta que estamos regulando las determinaciones también del suelo rústico, parece idóneo que tengan cabida los ingenieros agrónomos. 

Pero, concretamente en el grupo de investigación, lo que se buscaba era a aplicación de innovaciones tecnológicas, metodológicas y conceptuales desarrolladas a través de proyectos de investigación; así se hacía, por poner un ejemplo, una delimitación de núcleo de manera “clásica” y otra empleando un algoritmo diseñado para realizar de manera automática la delimitación, lo que permitía comparar los resultados.

Por tanto, las funciones de los ingenieros agrónomos o de montes que trabajábamos en planificación  en el grupo, no eran solamente las de redacción del plan, sino que iban siempre buscando alcanzar ese componente investigador, testamentando las herramientas que se diseñaban por otra parte de los investigadores, más centrada en el desarrollo de estas herramientas. 

-Plataformas como ATERRIZA son una herramienta excepcional para impulsar nuevos proyectos agroganaderos, redistribuir eficientemente la propiedad de la tierra y promover un uso sostenible del territorio. ¿En qué se basa el funcionamiento de esta iniciativa que usted ayudó a poner en marcha?

-Este tipo de plataformas, como sucede con la mayoría, no funcionarán si no tiene gente que las fomente y las emplee. Pero centrándonos en el funcionamiento de la herramienta en sí, desde el grupo se realizó un esfuerzo por diseñar un visor donde no sea preciso tener conocimientos de programación para crear un formulario, subir una capa procedente de un SIX o conectar un WMS. Se está empleando en ATERRIZA pero también en otros proyectos, con la ventaja de que el/la técnico/a que trabaja con el visor puede adaptarlo a sus necesidades directamente, generando él mismo los formularios o cargando las capas, cambiando las leyendas, solo con una cuenta de administrador.

-La proliferación de incendios forestales y la gestión del territorio son dos elementos que están estrechamente ligados. ¿Cuáles son las tendencias actuales para luchar contra el fuego desde la perspectiva de la ordenación territorial? ¿Cómo podemos actuar como sociedad para atajar esta problemática?

-Desde la perspectiva de la gestión del territorio, lo que se busca es reducir la intensidad y la incidencia de los incendios, e intentar incrementar la resiliencia de las aldeas. Esto, dicho de manera sencilla, no es más (ni menos) que gestionar activamente, y con una buena ordenación de usos, su entorno; algo similar al que venían haciendo nuestros abuelos en la juventud. 

Parece sencillo, pero los cambios de uso producidos en el suelo en las últimas décadas, el abandono, la falta de incorporaciones al sector agrario, o la fragmentación de la propiedad condicionan en muchas ocasiones que esto suceda.
Según las últimas estadísticas catastrales (2023), Galicia cuenta con una superficie considerada rústica de algo más de 2,82 millones de hectáreas, distribuidas en unos 10,9 millones de parcelas y algo más de 1,7 millones de titulares, de las que más de un 66 % son personas físicas. Sí cada titular gestiona o cede (de la manera que considere) sus tierras para gestionar, imaginad la cantidad de proyectos viables que podrían coexistir. 

Un estudio reciente (Corbelle-Rico et al., 2022 https://doi.org/10.1016/j.landusepol.2021.105808 ) estimaba que la puesta en producción de tierras con buena aptitud agraria (unas 500.000ha) podría suponer una aportación anual al PIB gallego de algo más de 400 millones de euros.

-Y ya para finalizar, hace unos años usted trabajó como mediadora y vedora en diversas campañas de vendimia. ¿Qué nos puede contar sobre estas experiencias?

-Sí, hace muchos años, son de esos primeros trabajos que encuentras al salir de la facultad, y guardo buenos recuerdos de esas jornadas mirando sí lo que entraba en las bodegas era Mencía o Mouratón que querían ver sí pasaba por Mencía.

Los contenidos de esta página se actualizaron el 30.09.2024.