El mundo afectivo es el motor esencial en el desarrollo emocional, social e intelectual por lo que el periodo de adaptación es un proceso en que el/la niño/a va elaborando, emocionalmente, la pérdida y la ganancia que le supone esa separación, hasta llegar a una aceptación de la misma.
La entrada en la escuela supone la primera separación de la familia y es muy importante la manera de superarla porque, si vive esto bien, le ayudará a resolver futuras situaciones (entrada en la escuela primaria, su relación con personas desconocidas etc.). Para el/la niño/a es la pérdida de un lugar definido, donde tiene un espacio seguro y conocido, con unas personas que están exclusivamente dedicados a el/ella, y llegar a un lugar donde hay que compartid todo con otros niños/as, los objetos, los espacios, el/la educador/a etc.
Por otra parte como aun no tiene muy claro los referentes espacio-temporales, le hace sentir las separaciones como pérdida "para siempre" y tendrá sentimientos de abandono, mientras no refuerce día a día que "papá o mamá" vuelven a buscarlo/a.
“Aparentemente” los bebés son los que más acusan la entrada en la escuela, pero sólo aparentemente, ya que pueden dormir menos o intranquilos, perder peso, sufrir diarreas o estreñimiento, mayor apego a la madre etc. Los/as niños/as de 1 a 3 años acusan el cambio con una mayor rebeldía, aunque puede darse el caso de niños/as que tenga muy buena aceptación los primeros días ante la novedad de juguetes, niños/as, nuevos espacios, pero después de la primera semana valoran los problemas de convivencia y competencia y prefieren la situación de privilegio que tienen en casa.
El proceso de adaptación es, por tanto. algo que el/la niño/a hace, y algo que tiene que elaborar, pero acompañado de nosotros, madres, padres y educadores/as pero siendo conscientes de que no le podemos evitar el conflicto ni la pena.
Nuestras primeras relaciones con el/la niño/a serán de acogida y respeto. Llegaremos a él/ella poco a poco, pero nunca forzaremos el proceso. Comprendemos que su posible rebeldía y a veces aptitudes violentas para con nosotros no es una agresión a nuestra persona, sino una protesta a la situación que los separó de su familia. Entendemos que en esta separación existen sentimientos de pena, dudas, temores etc., pero debemos conseguir que los superen y lograr su confianza y seguridad.
Vosotros/as, también tendréis que adaptaros a una nueva situación, por lo que os pedimos que preguntéis todas las dudas que podáis tener sobre el funcionamiento de la escuela.
Nosotros/as, por otra parte, intentaremos saber "todo" sobre vuestro/a niño/a, para darle seguridad y confianza y que viva esta nueva situación positivamente
Es por todo esto que hacemos que cada niño/a se incorpore en el grupo uno/a a uno/a, primero con su madre o padre, poco a poco, para reforzar vuestra vuelta; el primer día media hora y siempre con vosotros/as, el segundo día un poquito más, alargando el tiempo de estancia ya sólo/a, hasta que haga el horario normal cuando lo vea el/la educador/a a cargo de la clase. A los/as niños/as que además queden a comer también se les dará un tiempo para adaptarse en el comedor y a la siesta.