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José Manuel Rus: «Hay que favorecer la convivencia entre el rural y las ciudades»

José Manuel Rus es gerente de Moexmu desde 1998.
José Manuel Rus es gerente de Moexmu desde 1998.
El gerente de la Moexmu, graduado en la facultad de ADE del campus de Lugo, analiza en esta entrevista la situación y los retos de futuro del sector ganadero

Cuidar el rural es, también, llenarlo de futuro y de personas con proyectos vitales. La receta de José Manuel Rus es de un sentido común aplastante y de un profundo conocimiento también. Al fin y al cabo, desde 1998 es el gerente de Moexmu (Mostra Exposición de Muimenta), uno de los certámenes de referencia (sino el más importante) para el sector ganadero gallego. 

Un dato. La Moexmu recibió el año pasado el Premio Aresa de Desenvolvemento Rural y el Premio Agader do Sector Agrogandeiro. «Ya es raro recibir dos premios tan prestigiosos al mismo tiempo», reconoce orgulloso.

Rus estudió ADE en el Campus de Lugo a mediados de los 90, para realizar después un postgrado en Gestión y Dirección Comercial de Cooperativas y Pymes también en la USC. Esa formación universitaria, unida a su profundo conocimiento del sector ganadero (en casa tenían una pequeña explotación ganadera), le dan una visión global sobre la situación del sector, sobre su presente y los desafíos de futuro.
De todo eso conversamos en esta charla...

-El próximo mes de abril se celebrará la 41 edición de la Moexmu (Mostra Exposición de Muimenta). ¿Qué supone para usted este hito? 

-En un evento de estas características, en el que la organización recae en los vecinos, que en este caso son empresarios y empresarias, aunque también participan las instituciones, tiene mérito llegar a estas 41 ediciones. 

Cuando en marzo se nos concedió el Premio Aresa, mucha gente que no estaba en las comisiones organizadoras lo vivieron como un éxito propio. Pasó algo similar cuando se hizo el homenaje por los 40 años de la Moexmu, que vino muchísima gente de Muimenta y de los pueblos cercanos.  

Lo mismo ocurre en el festival Pozomouro, que organizan unos chicos de aquí. La gente de Muimenta acude aunque la música no es la que preferirían. Lo hacen para apoyar a los chicos y jóvenes del pueblo. 

-Entonces… ¿El secreto de la Moexmu, la Festa da Filloa o de Pozomouro está en el tejido vecinal de Muimenta? 

-Sí, seguro que sí. Cada pueblo se organiza a su manera, pero toda la gente colabora aunque la organización recae en unas personas concretas. 

-41 años de la Moexmu bien merecen un aplauso, pero es que en el marco de la exposición se celebrarán también la 39 edición del Concurso de Gando Frisón, la Exposición de Rubia Galega y la Poxa de Gando Selecto. ¿Cuál es, en su opinión, la relevancia para el sector ganadero gallego de estos certámenes? 

-No soy imparcial con el tema, pero la valoración de los ganaderos es buena y no podríamos haber llegado hasta aquí si no fuera así. Nosotros no interrumpimos nunca la celebración de la Moexmu, ni el concurso, la exposición o la subasta, y el ganadero sabe que año tras año estuvimos ahí. 

El ganado que viene a Moexmu es importante. Por citar un ejemplo, en siete de las ocho últimas ediciones el ganado de Rei de Miñotelo ganó en la Moexmu, pero es que en los concursos en los que participó en España también ganó, y en los certámenes en Europa quedó en las primeras posiciones.  

La calidad de las ganaderías de la Terra Chá es muy elevada, pero aquí también vienen ganaderías del resto de la provincia, así como de Pontevedra y A Coruña muy reconocidas.

-El cariño con el que hacen este trabajo parece otro de los secretos de la muestra. 

-Los ganaderos dicen que los tratamos muy bien. Todos los años nos juntamos con ellos y tenemos el mal vicio de escucharlos. Nosotros desde la organización vemos cosas que a lo mejor a ellos no les convencen, pero cuando las explicamos lo entienden, y a la inversa también. Hemos mejorado con sus aportaciones. 

Esa filosofía de prueba-error ha sido clave para consolidar el camino que nos trajo hasta aquí.

-Usted estudió ADE en el Campus de Lugo a mediados de los 90 y, al finalizar, hizo un postgrado sobre Gestión y Dirección Comercial de Cooperativas y Pymes. ¿Cómo recuerda aquella etapa? 

-Personalmente, es una de las mejores etapas que viví. Me acuerdo mucho de una frase del profesor de Derecho, José Benito, que nos dijo recién llegados a la carrera una gran verdad: «No es lo mismo pasar por la universidad, a que la universidad pase por uno». 

Mis mejores amistades vienen de ahí. Relacionarme con gente de distintos sitios, clases sociales, ideologías… Fue una etapa inolvidable. 

A nivel académico aprendí muchas cosas que después puse en práctica. En mi caso, no fue la típica carrera que chapabas y olvidabas, sino que estudié y aprendí muchas cosas que luego puse en práctica en los trabajos que tuve en mi carrera profesional. 

-Galicia en general y Lugo en particular es una potencia ganadera. ¿Qué sentido tiene para usted que un grado como ADE ofrezca una formación específica relacionada con el sector? 

-Por supuesto que lo tiene. En Galicia, ADE está presente en varios campus y la potencia ganadera de la provincia de Lugo, sobre todo Terra Chá, A Mariña y Chantada, requiere de personas en las granjas, que están con sus padres o en una SAT, y puedan tener una formación específica sobre gestión, regulación… Obtener todo ese conocimiento específico es muy valioso. 

La ganadería de los años 50 no tiene nada que ver con la ganadería de los 90, y la de los 90 con la de hoy mucho menos incluso. Las granjas se han ido profesionalizando de forma muy acusada en estos años. 

Hoy, el ganadero o la SAT tiene que estar muy pendiente de temas legales, de trámites burocráticos… Hacer un estudio de costes a 3 o 5 años, por ejemplo, es algo valioso que muchas granjas encargan a asesorías que a lo mejor no están familiarizadas con las particularidades de su actividad. Es por eso que el Campus de Lugo puede y debe jugar un papel muy relevante al proporcionar esos conocimientos tan críticos para el sector primario, no solo para los ganaderos. 

-Hace unos días leía una entrevista con un empresario español que tiene un grupo altamente diversificado con más de 50.000 empleados en la que decía que desde hace tiempo está invirtiendo de forma muy intensa en todo lo que tiene que ver con el sector primario. Tiene lógica, en este momento todo el hype de los inversores parece estar alrededor de la IA y la tecnología, pero lo que no podremos es renunciar a alimentarnos. ¿Qué le parece esta reflexión?

-La reflexión puede venir de la pandemia perfectamente. Hay gente que aún no se ha enterado de que en la pandemia el sector que funcionó perfectamente fue el primario: la ganadería, la alimentación… Muchos de esos sectores que la gente mira no digo con desprecio pero sí a lo mejor con cierta distancia demostraron entonces su importancia para el conjunto de la sociedad.

Lo que dice este empresario se queda incluso corto. Decimos mucho hay que potenciar el rural, apoyarlo, queremos que la gente viva en el rural, pero voy a poner de nuevo un ejemplo: para hacer esta entrevista tuvimos que esperar 10 minutos porque la fibra no llega bien al rural. 

Si al rural le quitas servicios sanitarios o educativos, obligas a la gente a escaparse a las ciudades. Si a eso le sumas que trabajo tampoco hay, salvo que sea en el sector ganadero o en pequeños negocios personales que mueren cuando el propietario se jubila porque no hay relevo, pues ahí tienes un círculo completo y vicioso para explicar lo que ocurre. 

Hay que potenciar el rural. Por cierto, que aquí tenemos el problema inverso de la vivienda respecto de las ciudades. Tenemos casas vacías que se caen porque no hay quien las habite. 

La conselleira de Medio Rural dijo en la entrega de los Premios Agader que «vivir en el rural y del rural es posible». Yo añadiría «vivir el rural».

-Lo que plantea es un plan de acción más amplio. 

-Durante muchos años se nos vendió aquello de escapar de las vacas, huir del rural. Yo mismo fui uno de ellos. Hoy se están viendo muchos pueblos en el rural en los que se cierran colegios, que tienen problemas con los médicos... Hay que favorecer la convivencia entre el rural y las ciudades, defender e incentivar que la gente pueda vivir en el pueblo y trabajar donde vive o incluso en la ciudad sí quiere. Para eso también son precisas vías de comunicación, que a veces dejan mucho que desear. 

Sí, efectivamente, el plan es más global, porque unas cosas están conectadas con las otras. 

-Volviendo a Moexmu, los días 4, 5 y 6 de abril se celebrará la muestra con 22 secciones en concurso. ¿Cuáles son las cifras de participación y negocio que prevén para este año? 

-En el 2024, el sábado y domingo recibimos una media de 10.000 personas cada día. De expositores, el año pasado fueron 125 y 25 ganaderías entre concurso, exposición y subasta. Entendemos que en la edición de este año las cifras andarán por ahí también. 

A nivel de negocio, yo insisto mucho en que hay que diferenciar negocios. Por ejemplo, los de artesanía tienen que aprovechar esos días para vender, mientras que los de maquinaria vienen más a exponer y las operaciones se cierran más adelante. Hay casas comerciales de tractores que vienen a la muestra y que esa semana no venden, pero sí lo hacen dos o tres semanas después. 

Para las ganaderías que vienen a concursar, ganar un premio supone una mejora en su puntuación que luego se traduce en negocio. Quiero decir que las vías de generación de negocio de la muestra son muy diversas. 

Por lo que respecta al presupuesto de la Moexmu, la edición del 2024 tuvo un coste de 148.558 euros. 

-Y la última, por su experiencia en el sector, ¿Cuáles son los retos del sector ganadero para los próximos años? Mejora genética, uso de la tecnología, regulación... ¿Dónde están los desafíos? 

-Uno de ellos, no sé si el más importante, es la mano de obra. No la tienen, y la poca que hay suele ser inmigrante, que muchas veces hace el trabajo que no queremos hacer. Lo digo porque a veces surgen debates que no sé sí tienen mucho sentido. 

En el caso de la regulación, primero hay que decir que si está es por algo, pero también es cierto que los ganaderos están con frecuencia más pendientes de los trámites burocráticos que de su propia actividad, por lo que un trabajo para simplificarlos seguro que no vendría mal. 

Y con las nuevas tecnologías, quizás lo más importante es permitirles hacer todos estos trámites de una manera más ágil porque en el rural hay muchas zonas que ni siquiera tienen acceso a Internet. 

Los contenidos de esta página se actualizaron el 16.01.2025.