El Campus Terra de la USC participa en la elaboración de la futura ley de cambio climático y transición energética
La USC participa a través del Campus Terra en la elaboración del proyecto de ley de cambio climático y transición energética, uno de los requerimientos exigidos al Gobierno por la Comisión de Cambio Climático del Congreso de los Diputados, en aras de que España alcance los compromisos en materia de cambio climático y de energía.
La primera de las aportaciones realizadas por la institución académica compostelana hacia este nuevo proyecto normativo ya quedó visible en la primera sesión de trabajo sobre la futura reglamentación, un foro que se desarrolló bajo el título ‘Agricultura, ganadería, bosques y alimentación en la transición hacia un modelo bajo en carbono’, y en el que la profesora e investigadora María Rosa Mosquera Losada, del área de Producción Vegetal de la USC en la Escuela Politécnica Superior del Campus Terra, participó como ponente en la mesa de Academia e Investigación, de la que luego también actuaría como portavoz.
Las conclusiones alcanzadas por este grupo de trabajo en su primera reunión son diversas. Las entidades, instituciones y demás participantes representados en la mesa de Academia e Investigación que está trabajando en la redacción del futuro proyecto de ley de cambio climático y transición energética, consideran “muy adecuado” el nombre de la futura normativa, que, en su opinión, debe hacer hincapié en el hecho de que la transición energética no depare pérdida de competitividad de los sistemas extensivos e intensivos en el marco de la sostenibilidad.
La creación de un programa específico de agricultura y cambio climático vinculado a la agricultura y a la cadena agroalimentaria en el marco de I+D+i y capaz de cubrir las necesidades actuales y futuras, constituye una de las necesidades advertidas por la mesa de Academia e Investigación de la futura ley. Este grupo de trabajo estima asimismo que el programa específico demandado debe permitir la obtención de datos estandarizados y herramientas (agroecología, prácticas agroforestales, aprovechamiento de residuos, bioeconomía y economía circular). El reconocimiento de las singularidades o diversidad del sector (condiciones climáticas, socioeconomía...) y la inclusión de medidas orientadas a mitigar o solucionar graves problemas como la erosión o la contaminación, son otros de los elementos que debe incluir este programa específico de agricultura y cambio climático.
La coordinación a diferentes escalas y niveles nos planos vertical y horizontal (nacional, regional, entre ministerios y organismos de investigación: CSIC, INIA, centros tecnológicos, universidades...) siguiendo modelos que empleen metodologías participativas que integren a todos los actores implicados, es otra de las recomendaciones ya expuestas por este grupo de trabajo.
Otras de las exigencias ya adelantadas por la mesa de Academia e Investigación implicada en la redacción del futuro proyecto de ley de Cambio Climático y Transición Energética alcanza a la estandarización de datos. La homogeneización de esta información es precisa para que la Oficina de Cambio Climático proporcione datos actualizados y reales para el cumplimiento de los objetivos del Protocolo de Kyoto, el fin de contribuir así a la toma de decisiones que mejoren los procesos y la gestión hacia una agricultura más sostenible.
Garantizar la innovación para que las distintas técnicas proporcionadas por la academia y la investigación se puedan aplicar a escala local, a través de incentivos y marcos flexibles, además de favorecer la formación y la transferencia en aras de avanzar en la concienciación y sensibilización social respecto de la problemática del cambio climático, son otros de los aspectos que también figuran entre las conclusiones de este grupo de trabajo.