Investigadoras del Campus Terra validan el uso de la salmuera como alternativa saludable al formol para conservar material biológico
La Facultad de Veterinaria del Campus Terra de la USC testa la salmuera como alternativa saludable para la conservación de material biológico y avanza en la eliminación del uso del tóxico formol como práctica cotidiana en las prácticas de Anatomía Veterinaria. Los problemas y posibles riesgos para la salud que implica el formol son conocidos desde hace tiempo. La Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer (AIRC) informó en 2006 de que el formol constituye un compuesto cancerígeno para los humanos, por lo que su uso debería estar prohibido.
Los riesgos que depara el uso de formol no impulsó la promoción de prácticas o técnicas de conservación alternativas menos tóxicas y más saludables, una doble finalidad a la que sí contribuye el trabajo desarrollado por Matilde Lombardero y María del Mar Yllera, profesoras del área de Anatomía y Anatomía Patológica Comparada del Departamento de Anatomía, Producción Animal y Ciencias Clínicas Veterinarias de la Facultad de Veterinaria del Campus Terra de la USC.
Estas investigadoras desarrollaron una técnica alternativa al formol y basada en una idea sencilla, aunque innovadora, que consiste en el uso de una salmuera o solución salina saturada (sal de mesa comercial) que se perfunde durante horas por el sistema vascular con la ayuda de una bomba persitáltica. De este modo, el material biológico está sometido a un proceso de salado desde el interior, aunque mantiene la textura de los músculos y la movilidad de las articulaciones de manera similar a las de un animal vivo y con el aspecto de una canal de abasto procedente del matadero.
La innovación de esta técnica, testada con muestras y especímenes animales, aunque extensible a humanos y apta para su uso en prácticas de Anatomía y Medicina, radica en infiltrar durante horas una solución salina saturada procediendo al salado del espécimen (el tiempo de perfusión depende del tamaño del animal), que, tras este proceso, tampoco requiere condiciones de almacenamiento especial hasta que se proceda a su disección. Una vez iniciado este proceso, las investigadoras de la Facultad de Veterinaria recomiendan guardar el material biológico inmerso en un baño de solución salina saturada.
Para realizar la perfusión de una solución con formol, simplemente se inoculaba a través del sistema vascular cierta cantidad de la mezcla fiadora y después había que dejar un período de maceración, para que ésta se difundiera a los tejidos para fijarlos. Con el uso de la solución salina saturada perfundida durante varias horas se evita ese período de maceración, y los especímenes pueden utilizarse inmediatamente y conservarse largos períodos de tiempo (años), explican las profesoras de Veterinaria.
Lombadero e Yllera destacan asimismo que este nuevo método, que emplea una combinación sin compuestos tóxicos, y que no genera vapores nocivos, es técnicamente muy sencillo, además de resultar muy barato (solo se utiliza agua corriente y sal), por lo que consideran que puede tener gran aceptación (y una repercusión positiva en la salud de estudiantes y docentes) en todas las unidades de Anatomía que precisen procesar las muestras que utilicen en sus prácticas para prolongar su vida útil.
Las autoras de este trabajo de investigación, que aparece publicado en el último número de la prestigiosa revista del ámbito de la Anatomía Journal of Anatomy, aplican esta nueva técnica de conservación desde hay dos cursos en la Facultad de Veterinaria del Campus Terra de la USC. El balance del uso de este método es más que positivo, ya que depara una notable mejora para la calidad docente, al tiempo que preserva la salud de profesores y alumnos, según indican estas investigadoras.
El diseño de este método eficiente, saludable y alternativo al uso del formol, es el resultado del trabajo de colaboración mantenido entre las profesoras Lombardero e Yllera con las docentes de la Universidad de Porto Paula Herrera Proença y María Joâo Oliveira, y con Antónico Costa-e-Silva, técnico especialista del Departamento de Anatomía del Insituto de Ciências Biomédicas Abel Salazar (Icbas) de la Universidad de Porto. Esta colaboración surgió gracias a la primera edición (2014) del Programa IACOBUS de la Agrupación Europea de Cooperación Territorial Galicia-Norte de Portugal (GNP-AECT), mediante la cual la primera firmante del artículo, la profesora Matilde Lombardero, realizó una estadía docente en la Universidad de Porto.